En una reciente encuesta de 'USA Today' a los General Managers sobre a quién escogerían en primer lugar en un draft con todos los jugadores de la NBA, Anthony Davis acababa en tercera posición con tres votos, sólo por detrás de LeBron James (16) y Kevin Durant (7). Su extraordinaria segunda temporada en la liga tuvo mucho que ver: 20,8 puntos y 10 rebotes, 20-10, el sueño de cualquier interior y una cifra mágica a la que muy pocos son capaces de acercarse. A sus escandalosos 21 años, Davis ha entrado con pleno derecho en las encuestas para el MVP de la temporada 2014-2015. Ya es All-Star y, a pesar de que para llevarse el galardón de Jugador Más Valioso necesitará que su equipo sea de los primeros del Oeste, cuenta. Y contar, en un mundo tan regeneracionista como la NBA, es clave.

Esta pasada noche demostró que ha superado el cansancio por su participación en la Copa del Mundo y brilló con 26 puntos y 8 rebotes en la victoria de su equipo sobre los Houston Rockets (117-98). La pareja interior que forma con Omer Asik es uno de los pilares sobre el que los Pelicans quieren contruir un equipo que puedan entrar entre los ocho mejores de la salvaje Conferencia Oeste. Salvarse de las lesiones será clave. De momento ya ha caído Tyreke Evans y en plantilla están dos jugadores que han estado muchos meses fuera de las pistas por problemas físicos: Eric Gordon y Jrue Holiday. A priori, equipo de Playoffs, pero esto es la NBA.

En Houston volvieron a ser titulares los ex del Barcelona Kostas Papanikolaou y Joey Dorsey, aprovechando las ausencias de James Harden y Dwight Howard. El griego fue el máximo anotador de su equipo (de las estrellas estaban Ariza y Terrence Jones) con 13 puntos y Dorsey logró 5.