La NBA ha iniciado este lunes el proceso para arrebatarle el control de Los Angeles Clippers a Donald Sterling por sus comentarios racistas. Su futuro dependerá de la decisión del resto de propietarios. Si tres cuartas partes de los mismos deciden que Sterling debe abandonar su cargo, el todavía dueño de la franquicia angelina tendrá que deshacerse de todas sus participaciones y el equipo será vendido a otros propietarios.

La Constitución de la NBA proporciona a Sterling la oportunidad de defenderse de las acusaciones por racismo. Esta presentación ante la Junta de gobernadores de la Liga, está prevista para el 3 de junio y será presidida por Glen Taylor, propietario mayoritario de los Minnesota Timberwolves.

Sterling tendrá que responder por el daño causado a la imagen de la Liga, de sus equipo y de sus jugadores, al igual que por su menosprecio hacia los afroamericanos y minorías y por debilitar la relación de la NBA con sus socios comerciales y con los aficionados. También tendrá que dar cuentas por realizar una declaración falsa y engañosa sobre el asunto de los comentarios racistas.

"Las acciones y posiciones del señor Sterling han socavado los esfuerzos de la NBA por promover la diversidad y la inclusión; dañan la relación de la NBA con sus seguidores, perjudican a los propietarios de las franquicias, a los jugadores y al personal de los Clippers; y debilita la relación de la NBA con sus socios publicitarios y de marketing, así como con los líderes de la comunidad y del gobierno", señaló la NBA.