NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

ENTREVISTA

Bynum asume su indisciplina en los Cavs: "Quería irme de allí"

El pívot quiere volver a empezar en Indiana y asume que no fue el mejor profesional en Cleveland: "Sí, en los entrenamientos tiraba tiros desde el centro del campo".

Bynum asume su indisciplina en los Cavs: "Quería irme de allí"

Andrew Bynum: 26 años, 213 centímetros, dos anillos de campeón de la NBA y un All Star. Material de primera categoría, en condiciones uno de los dos o tres mejores pívots de la NBA. En condicionesNi las rodillas ni su mala cabeza le han dejado ser el jugador que a veces fue en el los Lakers, que operaron para hacerse con él en el draft y cuya presencia ayudó de forma capital a evitar la fuga de Kobe Bryant en la mayor crisis afectiva del escolta con la franquicia angelina. Los Lakers optaron por Dwight Howard, en otra historia que acabó en desamor, y desde el verano de 2012 Bynum ha vivido una temporada en blanco con los Sixers, nunca llegó a debutar, y un frustrante periplo en los Cavaliers, que le cortaron después de 24 partidos y antes de tener que pagarlo la segunda parte de un contrato con sólo seis millones garantizados. De estrella emergente a material de relleno, los Bulls le sacaron de Cleveland y le liberaron al momento y, como agente libre, firmó con Indiana Pacers. Una póliza de seguro en el banquillo para cubrir a Hibbert y una forma de evitar que reforzara al resto de aspirantes (Miami…) un jugador que, si de repente volviera a funcionar…

Funcionar: sano y centrado, Phil Jackson -quién si no- lo consiguió, Bynum era uno de los mejores interiores en ataque de la liga, letal cerca del aro y fuerte en defensa a partir de enorme volumen físico. No sabemos cuánto de eso queda, asumimos que poco, pero sí que tanta culpa han tenido las lesiones como su falta de disciplina, un asunto capital en cuanto dejó Los Angeles, el liderazgo de Phil Jackson y el tutelaje de Kobe Bryant. Allí, en ruta hacia sus dos anillos, se sacrificó en largos procesos de rehabilitación y jugó seriamente mermado. Pero arrimó el hombro, y eso quiere volver a hacer ahora, de nuevo en uno de los principales aspirantes al anillo.

De hecho, y quizá para limpiar la conciencia, ha hablado con la prensa de Indianápolis y ha reconocido que, como apuntaban a gritos los rumores, fue un quebradero de cabeza en el vestuario de los Cavs, una amalgama de talento sin demasiada cohesión y que también llamó la atención de Luol Deng, que aseguró nada más llegar que allí pasaban cosas que nunca pasarían entre bastidores en los Bulls de Thibodeau. Bynum reconoce que en un entrenamiento tiraba desde el centro del campo si recibía ahí la bola y también que criticaba de manera airada a los asistentes que hacían de árbitros por sus decisiones: “Lo hacía a propósito, quería salir de allí”. La principal razón, el sistema de Mike Brown, demasiado puntilloso: “A veces demasiado detalle no es bueno. Si me mandas a la tienda y hay tres tipos de mantequilla de cacahuete, elijo una rápido, Si hay 25 tipos, me puedo pasar ahí media hora decidiendo”.

Ahora, el pívot está feliz y, muy importante, motivado en los Pacers, donde nada más aterrizar percibió ecos de lo que fueron sus Lakers: “Llevaba una semana y ya había visto cosas similares. Los reglamentos internos, la forma en la que los técnicos lo gestionan todo… mejor, bien estructurado. Hay un plan y tú tienes un rol en él. Así se hacen bien las cosas”. Claro que, una vez feliz de nuevo, está el otro problema. Las rodillas: “Hay cosas que ya no se pueden arreglar con más operaciones. Hay que apretar los dientes y esperar a que el lunes vaya mejor que el domingo. Y que el martes vaya mejor que el lunes… Luego vendrán a decir, ‘oh, a ese tío ya no le interesa el baloncesto’. Cuando te duele todos los días, cuando vives con dolor, es difícil estar igual de feliz que con 17 años cuando corres de lado a lado de la pista. Pero mi motivación sigue ahí: quiero ganar otro campeonato. Claro que me siento mejor en casa sin hacer nada. Me siento como un viejo y las rodillas me duelen menos. Pero he vuelto a encontrar un lugar en el que la hay una atmósfera ganadora. Llevo nueve años en la Liga y he tenido muy buenos momentos. Espero que esto sea como montar en bicicleta, que no se me haya olvidado lo que tengo que hacer y cómo hacerlo”.

Si lo hace, si lo recuerda y le acompañan las rodillas y el ánimo, los Pacers serán aún más temibles. Todavía más candidatos. ¿El mejor Bynum convirtiendo en minutos de calidad los descansos de Roy Hibbert? Miami Heat tendría desde luego un buen problema.