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NBA

Kareem Abdul-Jabbar: “No aceptan que Obama sea negro”

Con 38.387 puntos, sigue siendo el máximo anotador histórico en la NBA. 19 veces ‘all star’, Kareem habló sobre el momento de la NBA, del baloncesto… y de EE UU.

Kareem Abdul-Jabbar sigue demostrando buena mano.
REUTERS

¿Cómo ha evolucionado el juego desde su retirada?

Lo ha hecho hasta puntos que no habríamos imaginado mi entrenador en UCLA, John Wooden… ni yo. El jugador técnicamente más perfecto es Duncan, para mí es también el mejor pívot: pero en realidad, es de las Islas Vírgenes. O sea, es internacional. No podía imaginar que los jugadores de otros países contaran tanto en la NBA, como… nunca podía creer que pudiera competir con el fútbol (soccer­) a la hora de captar jóvenes talentos.

Además de Duncan…

Debo decir que adoro a Pau Gasol: no siento que merezca lo que le está pasando. Ha hecho mucho por los Lakers. En general, creo que es un all star y que debió estar en Nueva Orleans. Merece lo mejor. Como también Parker o Ginóbili: todos ellos han hecho mucho por este juego y su proyección. Y Marc Gasol…

Diga…

Marc es el tipo de jugador que yo querría tener en mi equipo. Tiene el juego perfectamente desarrollado, completo, pasa, rebotea, juega de acuerdo a sus cualidades… y siempre con la idea del equipo. Perfectamente desarrollado y con espíritu de equipo. Me gustaría haber jugado con él.

En general, ¿qué es lo que ha cambiado?

No puedo entender cómo los equipos se dedican a poner bloqueos sólo para tirar de tres puntos, incluso para los pívots, con porcentajes que a veces son del 20-30%. Lo que nosotros aprendíamos en los 60 y 70 consistía en buscar por sistema el tiro más efectivo y cercano, el de más alto porcentaje. Para eso hay que meter el balón dentro de la zona. Era lo que hacíamos. Dicen que era más aburrido, pero los porcentajes eran mejores.

Era lo que hacía con el skyhook: el gancho del cielo.

No lo inventé yo. Ya lo hacía George Mikan, el pívot de los Lakers en Minneápolis. Yo lo retoqué un poco y le di algo de mi sello personal (flare), de acuerdo a los tiempos. Siempre bajo la guía de Wooden. Nada nuevo bajo el sol.
(El recuerdo de John Wooden, su legendario y campeonísimo entrenador en UCLA, es una fijación en Kareem… que se toca precisamente con una gorrita azulada de UCLA, su ‘alma mater’. Hijo de un policía de Brooklyn,­ Kareem, ex Lewis Ferdinand Alcindor, ha escrito varios libros sobre la odisea de los afroamericanos en EE UU. Obama reconoce, a él, Kareem, y a Michael Jordan, como “los mejores” que él ha visto nunca. “Pero en cuanto a Mike (Jordan), hay que añadir que yo soy un tipo de Chicago”, ironiza Barack Obama).

A cambio, ahora tenemos fenómenos físicos como LeBron James...

Ja, ja… No me ha visto jugar a mí… ni a Oscar Robertson, Elgin Baylor o Jerry West. No conoce la historia de este juego, como tantos otros. Todo eso es algo que le falta como experiencia. Por eso, creo que debería ser más humilde. Pero ahora, él, LeBron, está sano, Bryant está lesionado, lejos de su mejor momento, y el estrellato le pertenece a él.

¿Qué habría dicho Wooden de los nuevos fenómenos?

No le hubiera gustado esta nueva idea, en su concepto, como totalidad. Él entendía ir a jugar a las universidades como parte de un proceso de sufrimiento, aprendizaje y adaptación al juego que duraba años… cuando resulta que ahora se llega a la NBA, a veces tras seis o siete meses en la Universidad. Claro que la NBA da un dinero que las universidades no pueden facilitar. Ahora es mucho más baloncesto­-­negocio. Wooden habría intentado negociar con todo eso: pero, obviamente, no le habría gustado.

¿Y los Lakers?

No les sigo de cerca desde que dejé de ser un técnico del equipo. Claramente, y en este tiempo sin Kobe, han perdido mucho de su carácter. No les reconozco.

Es un comprometido militante de los derechos de la población afroamericana en EE UU. ¿Qué le parece cómo lo hace el presidente Obama?

En 1992 fui a España, a Málaga, para un clinic y de ahí fui a Sevilla para disfrutar con la visión de esa torre musulmana: la Giralda. Obama hace un gran trabajo (great job) … pero no aceptan que sea negro, no se acepta que haya un presidente negro. De ahí vienen todas las falsas acusaciones que se le hacen, que son la gran mayoría. Créame: el suyo es un gran trabajo.