Indiana, una máquina infalible después del All Star Game

Cuatro de cuatro: dede que Frank Vogel es entrenador de los Pacers, la franquicia no sabe lo que es perder el primer partido después del All Star Weekend. Y más: ha ganado esos cuatro encuentros por una media de más de 21 puntos de diferencia. La cuestión es aún más importante para los Pacers, que llegaron en su momento más irregular de la temporada al parón y que aspiran a recuperar su mejor versión ahora que la temporada se embala en busca de los playoffs. Quedan 41-12 (Miami 38-14 y Oklahoma ahora 43-12) y quiere un nuevo inicio como el que tuvieron en el arranque de la temporada (16-1).

El partido quedó casi sentenciado en un arranque demoledor de los Pacers en un Bankers Life Fieldhouse que colgó el cartel de 'sold out'. La comunión del equipo con el público es de nuevo un hecho tras varios años de distanciamiento, y parte de culpa la tienen inicios de partido como este ante los Hawks: 31-9 con 14 puntos de Paul George en 14 posesiones consecutivas anotando de los de Vogel. Un huracán que se llevó por delante a unos Hawks que llevan seis derrotas seguidas y que a la baja crucial y conocida de Horford suman ahora las de Antic, Carroll, Jenkins y Cunningham. La defensa de Indiana minimizó a Millsap en el primer partido de este tras su primer All Star (7 puntos, 3/10 en tiros) y los Hawks vivieron de la muñeca de Korver (5/7 en triples, 19 puntos) y los puntos de Lou Williams, que cada vez se parece más al jugador que fue antes de la lesión de rodilla.

En Indiana, otra actuación coral dirigida por Paul George (26 puntos) y secundada por West, Stephenson y compañía. Para los Pacers ha llegado la hora de apretar los dientes en una carrera fundamental por el primer puesto de la Conferencia Este. Tanto ellos como los Heat saben que la ventaja de campo es fundamental de cara a una posible (y ahora mismo parece casi inevitable) final de la Conferencia Este.