INFORME
Rookies: el 'curso 2013' vuela todavía demasiado bajo
Sólo Carter-Williams está maravillando y sólo fue número 11. Anthony Bennett, el número 1 de los Cavaliers, representa una hornada a la que le está costando mucho despegar.
La hornada de rookies de 2013 lo tenía crudo antes de empezar la temporada pero hasta ahora no ha hecho demasiado para quitarse de encima las dudas que se cernían sobre ella. Pero sí, lo tenían crudo porque casi todos en la NBA hablan más de lo que vendrá que de lo que ha venido o de lo que estaba a punto de venir, porque ya antes de este último draft se hablaba más del próximo, por consenso uno de los más prometedores de la historia con una suma estruendosa de jugadores llamados a ser grandes estrellas o como mínimos titulares más que sólidos en equipos con aspiraciones: Andrew Wiggins, Jabari Parker, Joel Embiid, Marcus Smart, Dante Exum, Julius Randle, Noah Vonleh…
Una generación destinada a ser histórica que tiene a muchas franquicias disimulando (o ni eso) para llegar muy arriba a la próxima lotería. Con una esperanza que la realidad desmantela después de forma tozuda. Un dato significativo y ya con la perspectiva del tiempo, tan necesaria en este debate: de los 70 jugadores elegidos en la lotería entre 2.004 y 2.008 (las 14 primeras elecciones de cada una de esas cinco temporadas), 24 ya ni siquiera están en la NBA. El 34%...
Contra el brillo de lo que está por venir, a los recién llegados en el verano de 2.013 se les esperaba con la ceja arqueada. Considerado de antemano un curso de perfil bajo, para algunos capaz de asomarse a los años más abismales en cuanto al reclutamiento de talento: 2.000 (el mejor jugador acabó saliendo del número 43: Michael Redd), 2.006 (más allá de LaMarcus Aldridge o Rondo) o 2.001, el de Kwame Brown, Eddy Curry y DeSagana Diop entre los ocho primeros. Siempre que se habla de rookies hay que esperar a que el tiempo ponga las carreras de cada uno en su lugar. Pero por ahora, desde luego, no hay motivos para el optimismo…
…Salvo, claro, que uno viva en Philadelphia. Los Sixers despistaron a muchos en la noche del draft pero meses después parecen los grandes vencedores en su intento de asfaltar el camino de la reconstrucción. Traspasaron a un base All-Star, Jrue Holiday, a cambio de un pívot que llegaba con una grave lesión de rodilla, un Nerlens Noel que cayó al número 6 cuando parecía destinado al 1 de no ser por esa lesión. Un monstruo físico de inacabable envergadura, Noel es un especialista defensivo con enormes posibilidades de crecimiento y que podría estrenarse en algún momento después del All-Star o retrasar aún más su puesta a punto. Por si fuera poco, la cuestionable salida de Holiday ha quedado en el olvido por la explosión de Michael Carter-Williams, al que sólo un volantazo ya muy imprevisto apartará del título de Rookie del Año. Lo curioso es que los Sixers pudieron elegirle con el número 11, por detrás de otros equipos con evidentes necesidades en su backcourt. Carter-Williams, el primer Rookie elegido Jugador de la Semana en su semana de debut desde Shaquille O’Neal, se estrenó como un trueno: 22 puntos, 7 rebotes, 12 asistencias y 9 robos en triunfo ante Miami Heat. De ahí a ser el mejor novato en promedio de puntos (17’3), rebotes (5’4) y asistencias (6’6).
El 3 de diciembre, y en un partido que quedará en el recuerdo de esta generación rookie, Philadelphia ganó a Orlando en un thriller de dos prórrogas (126-125). Casi tres horas y cuarto en las que por primera vez dos novatos firmaban un triple-doble: Carter Williams (27 puntos, 12 rebotes, 10 asistencias) y Victor Oladipo (26+10+10). De hecho Oladipo (número 2) es otro de los pocos que está viviendo a la altura de las expectativas. Ya que no brillante, si se ha mostrado sólido y ha dejado en Orlando más que destellos del gran jugador que puede ser. Talento defensivo y margen de mejora ofensiva que ahora flirtea con el Rookie Wall, el muro contra el que se dan muchos novatos según pasan las semanas por su su falta de experiencia en el exigente ritmo de la temporada NBA. Aún así, casi 14 puntos y más de 4 rebotes y 4 asistencias por partido.
Trey Burke, el base de los Jazz elegido con el número 9, también ha dejado señales para el optimismo a pesar de un discreto paso por las ligas de verano y una lesión en un dedo que retrasó su debut hasta el 20 de noviembre. Aunque también ha perdido fuelle en las últimas semanas, ha confirmado que es un base explosivo, con capacidad de liderazgo y más visión de juego de la que algunos esperaban. Y, además, el primer jazz en ser Rookie del Mes desde… Karl Malone. Las notas verdaderamente positivas no van mucho más allá. Si acaso Milwaukee Bucks, que elegirá alto en la próxima lotería, parece haber sacado petróleo del base Nate Wolters (elegido con el número 38 por los Wizards) y sobre todo de Giannis Antetokounmpo, un número 15 de 19 años y descomunal capacidad atlética ('Greek Freak', le apodan) que ya ha dejado trazos del jugador total que puede ser: puntos, rebotes, tapones, defensa, visión de juego…
Con las perspectivas menos luminosas, parece que Oklahoma City Thunder acertó con un Steven Adams (número 12) rocoso que hará aún menos necesario a Kendrick Perkins. Los Lakers han visto que Ryan Kelly (número 48) puede tener minutos como ‘4’ abierto y con buena mano y Memphis Grizzlies ha descubierto con la lesión de Mike Conley que Nick Calathes (número 45 en 2.009) se adapta a su estilo, ese grit and grind de defensa y férreo control que encaja bien con un jugador europeo por procedencia y forma de jugar.
Del resto, las noticias son o malas o escasas, a la cabeza Anthony Bennett. El canadiense, un ‘3-4’ con potencial para acercarse al tipo de jugador que fue por ejemplo Larry Johnson, recibió un muy imprevisto número 1 de unos Cavaliers aficionados a asumir riesgos en las últimas ediciones del draft (Zeller, Waiters, Thompson…). Lesionado en pretemporada, cogió un exceso de kilos que todavía le acompaña y perdió la confianza en su juego después de un inicio calamitoso en cuanto a anotación y porcentajes. En las últimas semanas ha mostrado algún síntoma de recuperación pero ha quedado marcado como el primer número 1 desde Kwame Brown que se queda fuera del Rookie Challenge dentro del All-Star Game. No llega al 30% en tiros de campo ni al 20 en triples; No llega a tres puntos ni tres rebotes por encuentro y se carga rápido de faltas. Necesita casi 4 tiros para promediar esos 3 puntos y ha recibido ya el apoyo y consejo de no pocos veteranos que temen que su carrera pueda ir definitivamente en picado. “Durante los partidos me meten mucha presión pero después me animan y me piden que no baje la cabeza…”.
Bennett, por ser el número 1 y por lo estruendoso de su dubitativo inicio, pone cara a un buen grupo de jugadores que no está respondiendo ni en la proyección más baja que se preveía para año de su estreno. Las lesiones, como en el caso de Bennett (o Burke o por supuesto Noel…), han jugado también un factor importante. Otto Porter no debutó hasta el 7 de diciembre pero su producción está muy lejos de la que es esperaba del número 3 del draft, un alero que a priori se tenía que compenetrar a la perfección con John Wall y Bradley Beal en los Wizards. Alex Len (número 5) también ha tenido problemas físicos casi constantes y aún no ha sido un factor determinante en las zonas para Phoenix Suns, el equipo revelación de la liga. Como tampoco lo está siendo, por cierto, Cody Zeller, el discutido número 4 de Charlotte Bobcats (5’1 puntos, 4 rebotes y… 2’3 personales en sólo 16 minutos por encuentro).
En otro equipo en el que casi todo son buenas noticias, Portland Trail Blazers, CJ McCollum (número 10) no pudo debutar hasta el 8 de enero por una lesión en un pie y aún no ha enseñado la capacidad para producir puntos que le debe convertir en el complemento perfecto para Lillard. Un arranque lento que comparten otros buenos anotadores a los que les está costando mucho serlo: Kentavious Caldwell-Pope (número 8) no ha despuntado en Detroit pese a que ha sido titular. En enero ha comenzado a mejorar sus porcentajes aunque Stuckey y Singler le comen minutos e importancia. Finalmente, Ben McLemore (número 7, Sacramento Kings) está todavía en un sí pero no. Llamado a ser un alero explosivo que incluso estuvo en quinielas para el número 1, ha demostrado que tiene talento para ser un importante pero hasta ahora ha dejado más arena que cal. De tal modo que tampoco estará en el Rookie Challenge después de ver como los Kings, además, se hacían con Rudy Gay y le restaban aún más peso en el juego: hasta ahora 7’7 puntos por partido por debajo del 37% en tiros de campo.