MERCADO
Indiana ficha a Andrew Bynum
El pívot, que estaba sin equipo desde que le despidieron los Bulls, firma con los Pacers hasta final de temporada. Si está centrado, un relevo de lujo para Hibbert.
Andrew Bynum vuelve a tener equipo: los Indiana Pacers. En un momento en el que la NBA pierde la cabeza por los pívots puros que cada vez escasean más, el gigante de New Jersey (2'13, 130 kilos) ha tardado en encontrar acomodo después de ser cortado por los Bulls nada más recibirle en el traspaso que llevó a Luol Deng a Cleveland. Pero la franquicia cuyo rumbo dirige Larry Bird ha decidido asumir el riesgo y contar con Bynum hasta el final de esta temporada. En forma y concentrado, no hay apenas pívots como él en la NBA. Buen defensor por corpulencia e intimidación y letal en ataque con excelentes movimientos cerca del aro. El problema es que sus rodillas no le dejan mantener un buen tono físico y su mala cabeza le ha hecho ganarse la desconfianza de todos los General Managers.
Los Pacers dan el perfil de equipo que se puede permitir la apuesta. Son ya uno de los grandes candidatos al anillo y buscan un refuerzo que no será titular, ese puesto es de Hibbert, pero que mejora notablemente al center suplente del equipo, el francés Ian Mahinmi. Además, y en un plano más estratégico y conservador, los de Indianápolis evitan que Bynum refuerce a sus rivales directos. No en vano Miami Heat, su verdadera némesis en el Este, habíasonado también como posible destino para Bynum.
Bynum no ha sido productivo desde la temporada 2011/12. De sus dos anillos y una bien ganada condición de All-Star con los Lakers a un año en blanco en Philadelphia (a cambio de más de 16 millones de dólares, eso sí) y un paso accidentado por Cleveland: 8'4 puntos, 5'3 rebotes y 1'2 tapones en 24 partidos antes de ser cortado después de cobrar seis millones y antes de recibir otros seis. Ni los Cavs ni los Bulls lo retuvieron en nómina para ejecutar ese pago. Ahora llega la -¿última, penúltima?- ocasión para un jugador del que se ha cuestionado su estado físico y su amor por el baloncesto pero del que no se puede cuestionar su capacidad para ser un pívot determinante. Si, claro, le respetaran las rodillas y le dejara su mala cabeza...