En el Este, Miami Heat y New York Knicks confirmaron su supremacía. Dictarán el ritmo en los playoffs desde las posiciones primera y segunda de la Conferencia. En el American Airlines Arena de Miami, los Heat se tomaron la revancha de su última y candente derrota en el United Center de Chicago, cuando vieron cerrada ante los Bulls su racha de 27 victorias seguidas. El 105-93 para Miami, con 24 puntos y siete rebotes para LeBron James, supone el cuarto revés para los Bulls en sus últimos cinco partidos. Fue un duelo terriblemente físico, con frecuentes empujones y colisiones a cargo de Carlos Boozer (16 puntos y 20 rebotes para los Bulls), Dwyane Wade y el propio James, quien advirtió: “Esta forma de jugar es la única que vale para ganarle a este equipo. A los Bulls no se les gana con sólo aparecer y darse una vuelta”. La defensa de Miami funcionó como un grillete de presión y redujo a los Bulls al 35,4% de aciertos en tiro (29/82), un total compensado con el 42,3% en triples (11/26) y mínima superioridad de Chicago en rebotes: 44-45. Pero Miami lanzó 41 tiros libres, acertó el 51,4% de sus tiros de campo y batió el récord de la franquicia de triunfos en casa en una temporada (36)… gracias a James, Wade (22 puntos en 36:37)… y al mejor día anotador en esta Liga del tatuaje ambulante conocido como Chris ‘Birdman’ Andersen: 15 puntos (4/4 en tiros) y siete rebotes. Mario Chalmers aportó otros 15 puntos. Chris Bosh cerró cuentas con 12 puntos, nueve rebotes y cuatro tapones. Con 19 puntos, Luol Deng lideró la anotación de los Bulls, sextos del Este en 43-37 y que esperan recuperar de inmediato a Gibson y Noah. Lo de Derrick Rose ya será otro cantar.

En el Madison Square Garden, los Knicks sellaban el segundo puesto de la Conferencia y su mejor temporada en cifras desde 1994 con un 90-80 sobre los Indiana Pacers quizá más cómodo de lo que relata el marcador: con el improbable Solomon Jones (cero puntos) como pívot titular, los Knicks ganaron el parcial de cada cuarto, excepto el segundo (24-25, 47-40 en el descanso). Pero la solidez de Melo Anthony (25 puntos, 9/23 en tiros), Chris Copeland (20 puntos) y J. R. Smith (15) mantuvieron a los Knicks en el puente de mando, pese a su clara inferioridad en rebotes: 32-45. Anthony descansó en el último cuarto al dolerse del hombro tras recibir un golpe de Sam Young. Pero la defensa de los Knicks forzó a los Pacers nada menos que 26 pérdidas y provocó una horrible noche de Paul George en ataque: nueve puntos, con 3/12 en tiros y 1/8 en triples para el ‘AllStar’ de unos Pacers liderados por 22 puntos de Lance Stephenson y 17 de David West. El próximo fin de semana, los Knicks abrirán en este mismo Garden su primera ronda de playoffs 2013: será ante los Boston Celtics. Indiana ve en su ruta a los Chicago Bulls.

En el Wells Fargo Center de Filadelfia, y ante 18.764 espectadores, los Sixers, novenos del Este, despidieron la temporada en casa (balance de 23-18) con un facilón 91-77 sobre los Cavaliers, que ahora se disponen a recibir a Miami. Nadie sabe si Doug Collins continuará al frente de los Sixers, aunque teóricamente hay activada una opción. Funcionó la defensa ‘sixer’, que maniató a los Cavs en un mísero 36,5% de aciertos, con cuatro paupérrimos puntos para Kyrie Irving. Tres ‘cavs’ (Ellington, Speights y Tristan Thompson) coincidieron en 12 puntos. 15 puntos de Dorell Wright lideraron la anotación de los Sixers, con tres hombres en 14: Jrue Holiday, Spencer Hawes y Thaddeus Young. En Toronto, inopinado 93-87 de los Raptors, décimos del Este, sobre los Brooklyn Nets (47-33), consolidados cuartos. El 51-32 del descanso a favor de los Raptors abrió una separación insalvable para los Nets, pese al esfuerzo de Deron Williams (30 puntos, siete asistencias) y los 16 rebotes de Reggie Evans: cero puntos. Brook Lopez adicionó 16 puntos a unos Nets que sólo acertaron el 40,5% de sus tiros (Toronto, 43,9%) y no hallaron modo alguno de frenar al imparable DeMar DeRozan, (36 puntos, 3/4 en triples)... ni tampoco a un estupendo Rudy Gay: 26 puntos, diez rebotes. La derrota le cuesta a Brooklyn ver esfumarse sus aspiraciones de alcanzar a los Pacers en el tercer puesto de la Conferencia.