Baloncesto | El origen de las estrellas
NY, del ghetto al cielo
Las calles de Nueva York son un vivero de deportistas donde los chicos sueñan con salir del ghetto para alcanzar la fama y el dinero de la NBA. Para ello compiten en templos del deporte callejero como las canchas The Cage o Rucker Park o en los tableros de Washington Square.
Jugaré en la NBA o seré traficante, pero conduciré un Lexus cueste lo que cueste". La frase de Booger Smith fue leiv motif de una generación y slogan del documental Soul in the Hole, que retrató, en el 97, las andanzas en los playgrounds del equipo de Booger, portada en agosto de ese año del Sports Illustrated, y posiblemente el mejor jugador que pisó una cancha callejera. Un viejo rival suyo que pasó diez años en la NBA, Rafer Skip to My Lou Alston, sostiene que "si juegas en la calle, luego nada te intimida. Soy de Queens y nada es más duro que jugar en Brooklyn, Bronx o Harlem".
En los 80, los partidos en parques míticos como La Jaula (The Cage) o El Agujero (Rucker Park) eran televisados y pitados por árbitros NBA. Entonces los jugadores de la NBA se atrevían a bajar a los playgrounds para participar en las ligas de verano. Ahora emigran al calor de California, aunque al oeste del Village neoyorkino, el dueño del kiosko de la 7ª con la calle 4, situado frente a The Cage, mantiene "que no vienen porque prefieren el juego blando de Venice. El año pasado sólo bajaron a Rucker Noah y Artest. Ese sí es duro". Artest, campeón con los Lakers, es un yorker de Queens, donde le conocen como Tru Warrier.
Jabbar.
Otro campeón con los púrpuras angelinos, el inolvidable Kareem Abdul-Jabbar, anotó sus primeras canastas en los parques de Manhattan cuando aún era Lew Alcindor. El día que ingresó en el Hall of Fame, al ser preguntado por el mejor jugador al que se había enfrentado, respondió: "Earl Manigault". El Chivo Manigault, criado en Harlem y considerado una leyenda en Rucker Park, inventó el doble mate, machacando con la derecha para después recoger la pelota con la izquierda aún en el aire y volver a clavarla. Es un mito. Como Lloyd Swee Pea Daniels, natural de Brooklyn que alternó la NBA con la cocaína. O Jackie Jones, que cogía billetes de encima del tablero, o Helicopter, o Destroyer Hammond, o Pee Wee, o...
Pero los coqueteos con las drogas, las armas o el alcohol les convirtieron en 'juguetes rotos'. El último es el ex base de los Knicks, Stephon Marbury. Starbury salió por la puerta de atrás de la NBA rumbo a China, pero al menos en su garaje hay aparcado un Lexus. Mientras, Booger Smith, al que un disparo en el muslo derecho y las drogas impidieron llegar a la NBA, aún persigue el sueño de conducir el suyo.