acb | bizkaia bilbao basket 70 - real madrid 96

Messina afina la orquesta

Bullock lideró la exhibición del Real Madrid en el BEC. Tras la aplastante victoria ante el Prokom, el equipo blanco mantuvo su alto nivel: excelente defensa y funcionamiento colectivo en ataque con magníficos porcentajes. Demasiado para un Bilbao Basket voluntarioso que dio la cara en el primer cuarto pero se deshizo en el segundo (10-30) ante una versión casi perfecta de su rival.

ARROLLADOR. El Real Madrid pasó como un ciclón por el BEC.

La partitura de Ettore Messina va tomando forma y el Real Madrid va encontrando su melodía. Después de un palo en Rusia y algunos triunfos ramplones en la competición doméstica, el equipo blanco metió la quinta ante el Prokom y con la misma inercia llegó al BEC para pasar por encima del Bizkaia Bilbao Basket y sumar su décima victoria en once visitas a Bilbao, un visitante odioso para un anfitrión animoso en el primer cuarto y superado después ante una exhibición descomunal que decidió el partido en el segundo cuarto (10-30 de parcial para un marcador de 31-52). Titubean (1-4) los de Vidorreta, despegan (5-0) los de Messina, que vio durante muchos minutos a su equipo muy cerca de un nivel óptimo dentro de la que es su idea de baloncesto.

La resolución del partido se concentró en ese segundo cuarto en el que el Real Madrid fue despiadado, brutal. Su nivel defensivo, sin apenas faltas, fue impecable, asfixiando por completo a Salgado y provocando una catarata de pérdidas (20 en todo el partido) de un rival en pleno cortocircuito. La línea exterior fue una trinchera en la que Vidal o Kaukenas capitalizaban las emboscadas. Si la defensa propició un puñado de puntos fáciles, los demás llegaron por pura calidad individual y colectiva. Gran circulación de balón, búsqueda constante del 'extra pass' y porcentajes letales, de dos y de tres. Bullock no falló ningún triple (5/5) y a su alrededor creció y aportó todo el equipo: Kaukenas, Garbajosa, Vidal, Velickovic... no hizo falta ni siquiera una aoctuación especialmente brillante de Lavrinovic (8 puntos, 5 rebotes), otros días decisivo y esta vez discreto, en su debe la jugada tonta del partido cuando falló un contraataque por adornarse de forma incomprensible. Más allá de los centímetros del lituano, el Real Madrid fue un equipo más ágil y dañino con Velickovic y Garbajosa como pareja interior, jugando prácticamente con cinco jugadores abiertos.

Antes de ese 33-52, el Bilbao Basket firmó un buen primer cuarto (21-22) en el que manejó las primeras ventajas gracias a Banic y a un Mumbrú que empezó titánico y acabó difuminado en la dinámica de su equipo. El alero jugó con ganas de revancha y firmó sus 7 puntos (10 de valoración) en los primeros diez minutos. La tentación era afilar los lápices y preparar el titular sonoro (algo como "la venganza de Mumbrú"). Mientras lo pensábamos, llegó el segundo cuarto y se acabó la película en un ciclón de robos, triples y tiros adicionales de un Real Madrid que colapsó por completo a un rival que, sin un triple en todo el primer tiempo, tardó casi tres minutos en anotar y vivió después de algunos tiros libres y un par de chispazos de Warren.

No parecía un día para remontadas y el BEC sólo coqueteó con esa idea durante los minutos de descanso. El equipo de Vidorreta salió intenso en el tercer cuarto pero no tuvo opción de réplica. Una técnica a un desesperado Salgado y dos triples seguidos de Bullock pusieron la puntilla (33-61) a un partido en el que las ventajas llegaron en el último cuarto a sobrepasar los 30 puntos (52-85) tras un espasmo de orgullo local dirigido por Warren (7-0 de parcial para un remoto 50-67). Por entonces, ya resuelto el duelo, llegaron los primeros triples (4/19) del equipo bilbaíno. Demasiado tarde.

En el bando madridista, la intensidad no bajó a pesar de que al partido le sobraron demasiados minutos. Con la máquina en construcción, Messina siguió exigiendo y ensayando, cada vez más cerca de su idea y a pocos días de un examen verdaderamente fiable: Panathinaikos, una perfecta prueba del algodón que pasará por Vistalegre en la próxima jornada de la Euroliga. A juzgar por lo visto en el BEC, el Real Madrid está preparado. Defendió a la perfección y mejoró su aplicación ofensiva, desbordando como un vendaval la primera línea de la defensa rival y castigando en todos los flancos: Bullock (21 puntos), Velickovic (16, 7 rebotes), Kaukenas (11), Llull (10)... una impecable actuación coral que dejó suspendida en el aire una melodía que empieza a parecerse a la canción a la que Messina sueña con poner firma en el momento decisivo de la temporada.

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