En el nuevo orden de jugadores codiciados en el panorama mundial, Vlahovic no estaba a la altura de Mbappé y Haaland, pero venía justo después.
Rangnick no consigue implantar su método de presión. El equipo tiene problemas para conservar resultados favorables. Los centrales generan muchas dudas; Maguire, señalado.
Una buena racha en liga y las contrataciones de un goleador contrastado y un centrocampista dinámico han mejorado las perspectivas del equipo italiano.
Sergio Ramos casi no ha podido participar, Messi decepciona en la Ligue 1 y los tres cracks del ataque se implican poco en defensa. El cuento de hadas no lo es tanto.
Las jornadas navideñas de la Premier League han reabierto el debate sobre la conveniencia o no de seguir disputando la competición...
Nunca la élite europea y la cuarta categoría del fútbol español estuvieron tan cerca: separadas por una mísera muerte súbita de una tanda de penaltis.
Messi, Neymar y Mbappé forman un tridente de ensueño, pero su escaso compromiso defensivo ha generado problemas a Pochettino en los partidos de Champions como visitantes.
Tras varios años con Solskjaer sin una identidad determinada, los red devils se han puesto en manos de uno de los pioneros de la presión adelantada en el fútbol alemán: Rangnick.
Se fueron Conte y Lukaku, pero el Inter está logrando que pocos se acuerden de sus antiguos ídolos. La exhibición ante el equipo de Mou en Roma, un ejemplo.
El colombiano es el elemento desequilibrante de un bloque ordenado. Conceiçao ha construido un equipo más eficiente que brillante.
Los futbolistas pueden aprender y convertirse en versiones superiores de sí mismos.
Yuriy Vernydub seguirá confiando en una columna vertebral liderada por sus dos centrales y en un sistema 4-2-3-1 replegado para salir al contragolpe.
Tras la salida de Van Bommel, han pasado a jugar con tres centrales y una intención más ofensiva, juntando a Weghorst y Nmecha arriba.
Tras ceder el liderato en la liga portuguesa, 'las águilas' jugarán con la presión de saber que una derrota les elimina. João Mario es la gran duda.
FIFA necesita replantearse cómo conseguir que las fases clasificatorias no se conviertan en algo aburrido, previsible y carente de tensión competitiva.
Suecia necesita ganar en Sevilla, pero se replegará como de costumbre. El matiz ofensivo en su once lo daría el perfil de sus jugadores de banda.
Sin su estrella Bakasetas y con dos bajas notables en su línea de tres centrales, el combinado heleno llega al partido contra España obligado a sacar los tres puntos.
Y a este Gran Premio sólo le falta que el Barça mejore -realmente es difícil que no lo haga- para tener tantos candidatos como los dedos de una mano.
Viendo lo ocurrido en el Liverpool, cualquier observador llegaría a la conclusión de que hay una relación directa entre la disponibilidad de Van Dijk y su rendimiento colectivo.
La llegada de un entrenador que apuesta por el juego asociativo es la gran novedad del subcampeón ucraniano. Pero tiene a sus dos arietes lesionados.
El de Luis Enrique es un conjunto especialmente eficaz en la presión adelantada y por eso juega sus mejores encuentros ante rivales poderosos.
Con Benzema y Mbappé enchufados, la campeona del mundo exigirá a España en las transiciones. El técnico francés querrá repetir la intensidad como con Bélgica.
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