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Kevin Vidaña, el entrenador trotamundos, ahora en Ecuador
El preparador español entrena al Club Halley Divino Niño. Ha pasado antes por China (donde estuvo tres años) y Chile. Además ha escrito un libro.
Kevin Vidaña es un trotamundos del fútbol. El entrenador español ha tenido una amplia experiencia en los banquillos de nuestro país, pero en los últimos años no ha parado. China y Chile, antes; y ahora Ecuador, le han recibido con los brazos abiertos. Kevin es un entrenador con una idea muy marcada del juego y allá por donde pasa, intenta inculcar a su equipo sus conocimientos futbolísticos en base a sus intenciones; e incluso ha publicado un libro en el que plasma su ideas. Sus plantillas se caracterizan por ser grandes amantes de la posesión, igual que el Barça de Xavi.
Esta no es la primera vez que Kevin habla con AS. Hace unos años ya contó como vivió el COVID-19 en China, cuando en nuestro país aún se veía como algo lejano. En el país asiático pasó tres años, a bordo del Guizhou Fengyun, equipo de la cuarta división. El Coronavirus, como en todos los países, se hizo patente en el país y repercutió en el equipo. "La pandemia afectó al proyecto en China y ya no iba a ser tan fuerte. La razón es que sentí que había cumplido un ciclo. Las expectativas o pretensiones que teníamos con el club no eran ya las que me dijeron en un primer momento. Nosotros teníamos en mente una ciudad deportiva, con mucho dinero, un proyecto de ascender pronto, pero la pandemia lo evitó. La COVID mató el proyecto futbolístico. Volví a España sin equipo", comenta Kevin para AS.
No tuvo que hacerse esperar su vuelta a los banquillos. En menos de tres meses le surgía una nueva oportunidad. En esta ocasión, en Chile: "A los dos o tres meses me salió la oportunidad de trabajar en el Provincial Ranco, de la tercera división de Chile. Gracias a Daniel Olcina, un exjugador que estuvo en el Valencia en Primera y que ahora es entrenador. Él me recomendó al presidente del Provincial Ranco y consiguió una entrevista conmigo. Una vez que me reuní con el presidente ya se dio el fichaje. Estuve una temporada y fue espectacular. Hicimos un juego contracultural, distinto a lo que se venía viendo a Chile. Lo hicimos con buen rendimiento, con el décimo presupuesto fuimos terceros y disputamos la fase de ascenso a Segunda División profesional, estuvimos a un partido de ascender. Con un estilo de juego muy parecido al de España en el Mundial, con juego propositivo, cuidando la pelota, desmontando la mirada simplista que ha tenido el fútbol durante mucho tiempo, donde se ha priorizado a los jugadores altos, fuertes. En Chile demostramos que con jugadores bajitos, lentos, pero rápidos de cabeza, se consigue rendimiento. Jugamos de manera espectacular. Hicimos un juego en el que en todos los partidos nuestra posesión fue el 70% al 80%. Hacíamos 600 pases por partido".
Como no está en el ADN de Kevin el parar, tras salir de Chile sólo tuvo que esperar un mes para que le llegara una nueva oferta. Un nuevo país esperaba su llegada, en esta ocasión Kevin desembarcaba en Ecuador: "En febrero de este año me surge la posibilidad de venir a Ecuador, al Club Halley Divino Niño. Tras varias reuniones con la directiva nos convencimos entre los dos. Desde el 26 de marzo estoy aquí. Ahora mismo estamos en pretemporada. La competición empieza el 5 de junio. Estamos en la tercera categoría. Es una categoría que en realidad es profesional, con visado de trabajo como entrenador de fútbol. Todo está bien profesionalizado".
El Club Halley Divino Niño es un club de nueva creación. En Ecuador, el Divino Niño es conocido por ser uno de los equipos punteros de otro deporte, el fútbol sala: "Cuando me presentan el proyecto me parece muy interesante por las semejanzas que hay entre ambos deportes. La idea de juego que yo siento tiene que ver con el Barça o la Selección Española, con jugadores como Silva, o Cazorla. Ese fútbol tiene mucho que ver con el fútbol sala. De cuidar la pelota, de pensar rápido en espacios cortos. Me llamó mucho la atención y decidí venir. En el primer equipo tenemos jugadores seleccionados con Ecuador en fútbol sala y los hemos pasado al fútbol. Tenemos dos con la absoluta y dos con la Sub-20. Ahora mismo estamos en la tercera categoría de Ecuador. El equipo de fútbol sala está en Primera. Son una referencia en este deporte. Muchos jugadores de Divino Niño están en la selección. Decidieron comprar un equipo, el Club Halley, ahora Club Halley Divino Niño para competir en fútbol. Están invirtiendo fuerte. Hay posibilidades de subir".
Empezar de cero nunca es fácil, pero a Kevin no le asustan los retos y su motivación es máxima: "El equipo compró la plaza y se hace de nuevo por completo. Hay 12 jugadores seleccionados de todo Ecuador y los otros 12 son jugadores del pueblo, de Jipijapa. Todo es nuevo. Incluso los jugadores de Jipijapa no eran los que estaban en el Club Halley. El club ha nacido conmigo. Queremos ser un equipo de fútbol sala en campo grande. Que haya circulación rápida de la pelota, que se cuide... Hay mucha relación entre el fútbol y el fútbol sala. En cuanto al objetivo, aquí son conscientes de que es el primer año. Queremos pasar la primera fase, primero hay fase de grupos y luego eliminatoria. Queremos llegar a la fase final de ascenso, jugarla. Hay que ser competitivos pero con los pies en el suelo. No somos unos de los grandes de la categoría. Hay clubes que llenan el campo con 10.000 espectadores. Aquí estoy contentísimo. Me ha sorprendido. Ecuador es el país donde más a gusto me siento en cuanto a calidad de vida ".
La realidad es que Kevin exporta una idea de juego nueva para estos países. Una idea, que por otra parte suele costar que sea aceptada desde un inicio: "Lo que nosotros hemos hecho en China, Chile y Ecuador no es fácil, porque ellos ya tienen una cultura establecida y choca. No es fácil hacer creer a los jugadores ese tipo de juego. Es una idea baloncentrista. El fútbol tiene la misma lógica interna en todos los países y en todos los sitios hay jugadores para jugar a lo que nosotros queremos. Aquí se siente el fútbol de manera más directa. En cuanto a la estética, no es por hacerlo bonito, simplemente pienso que es lo más rentable. Sacar la pelota desde atrás, darle un sentido. Nunca he tenido problemas en cada país en el que he estado. He tenido jugadores ideales para enseñarles mi idea de juego. He podido tener más problema con el entorno, en un principio, pero como digo, los resultados mandan y si obtienes buenos resultados, todo es bueno. Pero no he tenido ningún problema para llevar a cabo mi idea de juego".
Como decíamos al principio del artículo, Kevin ha escrito un libro, titulado El Barça con Xavi, que por cierto, lo escribió antes de que se diera la llegada del entrenador al equipo blaugrana: "El libro se publicó el 31 de mayo del año pasado. Las ganancias son para MuaSolidaris, que lucha contra el cáncer infantil. Lo escribí en el último año en China, antes de que fuera entrenador del Barça. El libro habla de la filosofía de juego del club, que es sinónimo del juego de Xavi como jugador y como entrenador. Todo está ligado. Hay información de lo que fue su estancia en el Al Sadd, hay un análisis sobre el equipo, metología. Su fichaje por el Barça estaba cantado. Es un libro que hace pensar, propone ideas distintas. El libro le llegó a Xavi a través de David Prats, un integrante de su cuerpo técnico".