Un hombre no quiere vender su hogar por 200.000 euros y se convierte en una ‘casa clavo’: “Todavía me arrepiento un poco”
Huang Ping es un hombre que decidió no abandonar su casa en Jinxi, una zona de Shanghái, pese a la construcción anexa de una autopista.
Esta es una de esas historias que, si el protagonista la leyese, desearía volver atrás para poder escribir de nuevo el desenlace. El arrepentimiento forma parte de algunas decisiones que tomamos en la vida y la de este hombre no es para menos. ¿Qué haría si pudiera viajar en el tiempo y aterrizar en el día en el que rechazó 200.000 euros?
El protagonista en cuestión se llama Huang Ping, un hombre que se negó a abandonar su casa en Jinxi, una zona al suroeste de Shanghái (China). El Gobierno tenía pensado construir una autopista que justo pasaba por la casa de Huang, y le ofreció 200.000 euros si la abandonaba.
Pero el hombre se negó y el proyecto siguió adelante. Ahora, su casa sigue donde siempre ha estado, pero se encuentra rodeada por dos carreteras. “Si pudiera retroceder en el tiempo, habría aceptado los términos. Parece que adiviné mal. Todavía me arrepiento un poco”, ha explicado el dueño de la casa, según el medio AD.
De hecho, lo peor parece no haber llegado todavía a la casa de Huang Ping, porque la autopista todavía se encuentra en construcción y aún no está en funcionamiento. Cuando eso ocurra, el propietario vivirá rodeado de tráfico, con lo que eso supone, es decir, ruido y temblores en la casa.
Este tipo de resistencia, el de algunas personas a vender su casa o a abandonarlas para facilitar la construcción de carreteras o edificios, se conoce como “dingzihu” o “casas de clavos”, un fenómeno cada vez más popular en China y que representa una pequeña resistencia frente al expansionismo chino.
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