Rescatan en El Prat a un vecino que vivía “enterrado en basura”
El hombre, que padecía obesidad mórbida, tuvo que ser atendido en su domicilio por los servicios de emergencia después de quedar atrapado durante días bajo residuos que llevaba años acumulando
Un vecino de El Prat ha sido el protagonista de un sorprendente episodio que ha congregado a numerosos efectivos de los servicios locales de emergencia. Se trataba de un hombre que padecía obesidad mórbida, con un peso de 250 kilos. Las autoridades sospechan que también sufría síndrome de Diógenes. Esta condición explicaría el lamentable estado en el que se encontraba su piso, en el bajo del edificio.
El vecino llevaba años acumulando toda clase de basura en su hogar. La situación ha acabado desbordándose, llegando al punto de que era prácticamente imposible moverse por las habitaciones debido a las toneladas de residuos que poblaban cada centímetro del inmueble, lo que finalmente ha provocado que el protagonista del suceso se quedara atrapado durante días.
Los bomberos y cuerpos sanitarios se desplazaron al lugar luego de una llamada de un vecino. Una vez allí, constataron la grave situación que se vivía en el interior del piso, y que la vida del inquilino corría peligro real, pues la imposibilidad de moverse había provocado que llevara varios días sin comer ni beber. Según los primeros informes, el afectado llevaría sin salir de casa desde el principio de la pandemia, cuando empezó a teletrabajar.
Situación insostenible
No era la primera vez que se recibía un aviso de este tipo. Los vecinos de su bloque llevaban años alertando de la situación límite que se vivía en este bajo, un escenario que había pasado a suponer un riesgo sanitario para los demás y una amenaza tangible para el bienestar de la persona rescatada. Una vez han llegado al lugar, los rescatadores han tenido que usar maquinaria pesada y equipos de peligro biológico.
Después de siete largas horas de maniobras, se ha conseguido evacuar al hombre a través de una ventana y sirviéndose de una excavadora para abrirse paso a través de la marabunta de deshechos. Posteriormente, ha sido trasladado al hospital Bellvitge, donde se encuentra estable. Hasta en tres ocasiones habían recibido los Servicios Sociales avisos en este sentido que expresaban preocupación por la integridad física de este informático de 48 años. No obstante, siempre que se le consultaba, el aseguraba no necesitar ayuda y encontrarse bien de salud. El desenlace, sin embargo, ha acabado siendo de una intervención forzosa ante una situación insostenible.