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SOCIEDAD

Un bombero pide no hacer esto nunca al echar gasolina

La normativa prohíbe el uso de teléfonos móviles en gasolineras. El motivo es la tecnología de los primeros dispositivos, cuyo riesgo de generar un incendio en estos lugares era alto.

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Un bombero pide no hacer esto nunca al echar gasolina

Desde que el precio de los carburantes jugase a rozar el cielo, echar gasolina se ha convertido en una actividad tan necesaria como incómoda. Todavía ahora, que las cifras han descendido algo y permiten respirar un poco más aliviados a los conductores. Sin embargo, si el piloto es avispado y atento, percibirá que repostar entraña riesgos más allá de la cartera. Algunos, difíciles de comprender. Otros, sustancialmente peligrosos.

No es raro ver a personas hablar por teléfono móvil en la gasolinera, o con el dedo encima de la pantalla y la mirada clavada en un punto de la carretera mientras graba un audio cualquiera. Detrás, y para la incógnita de muchos, un cartel prohíbe el uso de esta tecnología -fijado en el artículo 115 del Reglamento General de Circulación-. El motivo lo ha revelado el usuario de TikTok, RubenBlackMountain, que, además de atrevido por internarse en el interminable mundo de las redes sociales, es bombero.

¿Cuál es el peligro?

“El número de gasolineras que explotan por culpa de los teléfonos móviles es el mismo que el de mis encuentros sexuales en los últimos meses: cero”, ironiza el tiktoker; a lo que añade una pregunta que casi se responde sola: “Si no, dime: ¿Cuántas has visto explotar por los móviles? ¿Cuántas, a ver?”. Y como la respuesta es negativa -ninguna- lanza la pregunta que siembra la eterna duda: “Entonces, ¿por qué encontramos la señal de prohibido el uso del móvil en gasolineras? ¿A qué es debido?”.

Como un rayo se responde a sí mismo. Analepsis incluida. “Para explicar esto nos tenemos que ir unos años atrás, cuando los teléfonos móviles eran analógicos y tenían botones físicos”, explica el bombero, a punto de hilar los viejos teléfonos-ladrillo con explosiones flamígeras. “Los combustibles líquidos liberas gases muy inflamables y todos sabemos que haría falta una pequeña fuente de ignición para que esto se incendiara”, deja caer.

Con el viejo teléfono en la mano y el coche estacionado en la gasolinera sólo queda preguntarse por qué, cómo. “¿Y dónde se produce esa chispa? Si recordamos los teléfonos analógicos, esta chispa se produce en los botones físicos, que al no ser estancos podían ser suficiente para que provocara un incendio en un ambiente muy inflamable”, resuelve.

Poco riesgo en la actualidad

En realidad, quita valor a la prohibición actual atendiendo a la evolución del dispositivo. “Pero, a no ser que todavía lleves contigo un Nokia 3310, es muy improbable que con los terminales de hoy suceda algo así”, aclara; y con la certeza de quien sabe que, a buen hábito, aunque obsoleto, ninguna es la necesidad de cambiarlo, agrega: “Pero, por si acaso, vamos a mantener esa sana costumbre.

Con el aviso dado, se mantiene firme: “Siempre recomendaré que durante el repostaje no utilicemos ningún tipo de teléfono, sea cual sea”. Si el lector es conductor estará acostumbrado a una frase ingeniosa que funcione como consejo vial; bajo esa máxima, y como todos los cierres quedan mejor con un eslogan, sentencia el bombero: “Seguridad ante todo”.