El canal Interoceánico: el colosal proyecto que puede unir Pacífico y Atlántico
Nicaragua pactó con una empresa inversora China la construcción de un canal que atravesase el país y fuera una alternativa al canal de Panamá.
Existen dos canales que conectan los océanos y mares del planeta. Uno de ellos es el canal de Suez, en Egipto, que une el océano Índico y el mar Mediterráneo. El otro es el Canal de Panamá, que enlaza los océanos Atlántico y Pacífico. Estos corredores acortan las distancias de las rutas en barco y hacen más fácil el comercio marítimo internacional. Si estos canales no existieran, un barco que fuera de la India a Grecia tendría que rodear todo África, entrar al Mediterráneo por el estrecho de Gibraltar y navegar hasta el país heleno. Toda una odisea, nunca mejor dicho.
Nicaragua quiere ser el próximo país que cuente con un corredor marítimo mediante el proyecto del Gran Canal Interoceánico. El canal, en teoría, comenzaría en la desembocadura del río Punta Gorda (mar Caribe) y llegaría hasta Morrito. Entonces, los barcos cruzarían el gran lago Cocibolca hasta llegar a Rivas, en el otro extremo del lago. La última etapa del trayecto es la navegación, de nuevo sobre un canal, desde Rivas hasta la desembocadura del río Brito. Enhorabuena, ya estás en el Pacífico.
El proyecto estimaba que la longitud del canal sería de 278 kilómetros, y de ancho mediría entre 230 y 520 metros. Tendría 30 metros de profundidad. Con estos números, superaría con creces al canal de Panamá (80 kilómetros de largo) y al de Suez (193 km). Se espera que por el Gran Canal Interoceánico crucen al año 5.100 barcos graneleros y petroleros de 400.000 toneladas.
Nicaragua otorgó al inversor chino Hong Kong Nicaragua Canal Development (KHND) Group la concesión de la construcción del canal, cuyo plan estimaba cinco años de obras y una inversión de 50.000 millones de dólares. En 2013 el inversor recibió los derechos de franquicia por 100 años sobre el proyecto del canal. Aunque, a cambio, tendría que pagar a Nicaragua una tarifa de 10.000 millones de dólares anuales durante diez años. Una vez acabase esa década, el Gobierno de Nicaragua recibiría el 1% de los ingresos del canal, un porcentaje que aumentaría año tras año.
Un proyecto paralizado
Las cartas, los planos y el proyecto estaban sobre la mesa. Pero el canal sigue siendo un espejismo. Según explicó EFE en 2022, el proyecto pasó “a un plano residual” y “apenas es mencionado por Ortega [presidente de Nicaragua] y su Gabinete”. Los Estudios de Impacto Ambiental (EIA) nunca fueron presentados por completo. El líder de la inversora china, Wang Jing, perdió parte de su fortuna con los años, y los campesinos a los que afectaría el paso del canal fueron arrestados, huyeron al exilio o murieron.
“Es un proyecto fallido desde que inició, por la falta de transparencia y corrupción que implementó el régimen de Nicaragua, la resistencia campesina frenó su avance, la comunidad internacional entendió que podía usarse para la entrada de recursos ilícitos”, explicó entonces a EFE el ambientalista Amaru Ruiz, cuya ONG, Fundación del Río, fue cancelada por el Gobierno nicaragüense. Algunos opositores creen que el proyecto fue diseñado para expropiar a los indígenas.
El presidente Ortega culpa a Estados Unidos de la paralización. “Cuando hemos hablado en Nicaragua y hemos estado trabajando para desarrollar el canal, inmediatamente viene la campaña de las fuerzas enemigas de la revolución, del gobierno norteamericano etcétera, que empiezan con sus ofensivas, para tratar de impedir que ese proyecto camine”, señaló Ortega en junio del año pasado en una reunión con el presidente de Irán, Ebrahim Raisi. “Nicaragua ha sido un país agredido como ningún otro en América Latina y el Caribe, por invasiones de tropas norteamericanas, del Ejército de Estados Unidos, siempre buscando como dominar Nicaragua, para tener control de esa ruta canalera”, indicó el presidente, según recogió el medio nicaragüense La Prensa.
En otras palabras, el Gobierno de Nicaragua cree que Estados Unidos quiere el control del canal y del país porque dominar el canal de Panamá no es suficiente para Washington, e intenta boicotear el Interoceánico “para que ningún otro país con Nicaragua pueda desarrollar el canal”.