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ELECCIONES 28M

Encuestas electorales: cómo se elaboran y cómo afectan a unas elecciones

Belén Barreiro, expresidenta del CIS y fundadora de 40dB, habla con Diario AS y explica por qué las encuestas preelectorales muestran resultados tan diferentes. Para el CIS, según Barreiro, el principal desafío está en medir los nuevos problemas.

Encuestas electorales: cómo se elaboran y cómo afectan a unas elecciones
Belén Barreiro / 40dB

Como quien deja todo para última hora y todo se le acumula para el final, este 2023 es un año con excedente electoral. Se celebran los comicios municipales, autonómicos (en la mayoría de comunidades) y generales que decidirán los próximos gobiernos regionales y nacional del país. ¿Qué votará el pueblo? ¿Qué le preocupa a los ciudadanos? ¿Qué mueve a un votante?

Este tipo de cuestiones suelen plantearse en las encuestas electorales. Antes de que se celebren los comicios, algunas agencias lanzan sondeos y muestran las estimaciones de lo que puede acabar pasando en las elecciones. Que si gana tal partido, que si formará una coalición con este otro, etc. Todo esto, con la polémica que siempre acompañan a las encuestas. ¿Cómo se selecciona a la muestra? ¿Por qué las encuestas que aparecen en diferentes medios sacan resultados tan diferentes? ¿Y qué pasa con el CIS, siempre en cuestionamiento?

Belén Barreiro es doctora en Ciencia Política, Sociología y Antropología Social. Es la fundadora de 40dB, la agencia de investigación que hace las encuestas para el diario El País y para Cadena Ser. Fue presidenta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) entre 2008 y 2010, institución que considera “procedimental” y con dificultades para medir problemas nuevos. La experta habla para Diario AS sobre las dudas que suelen rodear a las encuestas.

¿Cómo definirías el concepto de encuesta electoral y cuál es su importancia?

Una encuesta en general, electoral o de otro tipo, es cuando se selecciona de una manera representativa a un conjunto de ciudadanos que representan al total de la población, o al total de la población que se quiere estudiar. A través del método de muestreo, en vez de tener que contar con la opinión de todos y cada uno de los ciudadanos, pues seleccionas y haces una muestra representativa, que puede ser de mil o dos mil entrevistas, más o menos.

Pero esas personas han sido escogidas siguiendo unos criterios científicos, por lo que están en condiciones de representar la opinión pública que se quiere estudiar. Puede ser el conjunto de españoles, madrileños o sevillanos, lo que se quiera. En el caso de una encuesta electoral, se hace una serie de preguntas específicas sobre el voto que nos permite hacer una predicción de qué es lo que va a ocurrir en unas elecciones.

¿Cómo se selecciona a esa muestra?

Depende del método que se utilice, de si haces una encuesta online, por teléfono o presencial. En el caso de las encuestas online que son las que utilizamos con más frecuencia, la muestra se extrae de un panel de internautas. Estamos hablando de millones de personas que forman parte de unos paneles, ya partir de ahí, siguiendo los criterios habituales de edad, clase social, género y territoriales, se conforma una muestra representativa. Es como si tuviéramos un listín telefónico, esos famosos ‘libracos’. Pues un panel online sigue la misma idea.

¿Qué hacéis una vez tenéis la muestra?

Con la metodología online, programar la encuesta y lanzarla al conjunto de entrevistados.

¿De qué tipo de preguntas hablamos en el caso de unas elecciones generales?

Depende de lo que se quiera saber. En una encuesta electoral, le preguntamos lo convencional: qué le preocupa al ciudadano, cómo ve la situación en su territorio, a qué partido votaría, a qué partido votó en las últimas elecciones, por qué partidos tiene simpatías, etc.

¿Cuáles dirías que son las principales preocupaciones de los españoles?

La principal preocupación es la inflación. Pese a que se ha reducido, todavía se mantiene en el precio de los alimentos, en la cesta de la compra, por lo que los ciudadanos la perciben todavía como un problema. Pero hay otras cosas que preocupan. En el último barómetro (el de abril) está aumentando la preocupación por la vivienda.

“La principal preocupación (de los españoles) es la inflación”

Belén Barreiro

¿Cuál de los datos es más difícil de conseguir? Es decir, ¿a qué cuesta responder más a los entrevistados?

Siempre se dice que hay algunas preguntas a las que los ciudadanos son más reticentes a expresar realmente lo que piensan. Generalmente son las preguntas que tienen que ver con el sexo, también las relacionadas con las simpatías políticas. Esas son las más difíciles. Pero, dentro de eso, en las encuestas online, como no hay un entrevistador cara a cara, ni siquiera por teléfono, se registran muchas más respuestas y más sinceridad que con los métodos tradicionales.

Las preguntas “que tienen que ver con el sexo” y “las relacionadas con las simpatías políticas”, las más difíciles de responder para los españoles.

Belén Barreiro

¿Está cambiando entonces la forma de hacer las encuestas?

Sí, claro, porque ya hay más penetración de internet que penetración de teléfonos fijos. O sea, hay más hogares con Internet, que son prácticamente todos. Es altísima la penetración de internet. La metodología online permite hacer encuestas a través del móvil y los móviles inteligentes están totalmente extendidos. Digamos que en países como España, da un acceso casi universal.

¿Se corre algún riesgo con la entrevista online? ¿No hay ninguna persona que controle quién está respondiendo a la encuesta?

Bueno, los panelistas tienen un número de identificación y nosotros tenemos una serie de controles, o de ‘trampas’, por decirlo de otro modo, que se utilizan para asegurarnos la sinceridad y la calidad de las respuestas de los entrevistados. Por ejemplo, tenemos unos programas que cuando detectan que los entrevistados contestan en menos tiempo del que deberían, o contestan de forma azarosa, directamente eliminan esas respuestas.

Tenemos otra serie de controles. A veces metemos pregunta trampa. Por ejemplo, se pregunta cuánto es dos más tres, y si la respuesta no es correcta, eliminamos a esa persona. Introducimos muchísimos controles para garantizar la calidad de la respuesta. Luego hacemos procesos de depuración, como se hacen en otros institutos que trabajan con encuestas presenciales, como el INE o el CIS. Es decir, se cotejan las respuestas de los ciudadanos con las otras características que sabemos que tienen. Si vemos que hay incoherencias, también eliminamos a esos entrevistados de la muestra.

“Tenemos una serie de trampas que se utilizan para asegurarnos la sinceridad y la calidad de las respuestas de los entrevistados”

Belén Barreiro

¿Afectan las encuestas electorales a los partidos?

Hay muchos estudios académicos que muestran que al final el efecto neto de lo que publican las encuestas es que no hay efecto. Hay ciudadanos que se dejan influir por cuál es el partido que va a ganar, y otros por el que va a perder. Digamos que los movimientos que se producen por las encuestas se cancelan entre ellos. Al final, el efecto neto es que se mueven muy pocos votos debido a las encuestas, por no decir ninguno.

Es decir, que a una persona le pueda afectar que se diga que va a ganar las elecciones el PSOE y decida votar a ese partido cuando no lo tenía claro, y a otra persona le puede llevar a lo contrario, a votar a un partido más pequeño, por ejemplo. Como a unas personas les influyen en una dirección y a otras en otro, pues el efecto final es que se compensa una cosa con la otra.

¿Y cuál dirías que es el porcentaje de electorado indeciso, que no tiene claro su voto todavía?

En torno a un 20% de los ciudadanos.

¿Ese porcentaje puede verse alterado por las elecciones del 28-M?

Bueno, puede que a corto plazo las encuestas sí estén influidas por lo que ocurra en las elecciones municipales y autonómicas. Pero hay que tener en cuenta que en las elecciones municipales y autonómicas se vota en clave municipal y autonómica, y esa es una clave distinta a la nacional, porque hay partidos que no coinciden en los dos tipos de comicios o que no coinciden con las mismas siglas.

En el informe de abril, explicáis que un pequeño porcentaje de Unidas Podemos puede cambiar su voto a Vox. Lo mismo puede ocurrirle a Vox. ¿Son frecuentes estos cambios de bando tan extremos?

No. Hay que tener en cuenta que a veces las encuestas llevan ruido, es decir, que no son movimientos completamente significativos.

¿Por qué las encuestas que se publican en diferentes medios muestran también diferentes resultados? En abril, vuestra estimación de escaños para el PP en las generales es de 123. La de Gad3 los cifra en 143, y los de Sigma Dos, en 135. ¿Por qué ocurre esto?

No te puedo contestar por los demás. Lo que sí puedo contestar es por nuestra parte. Somos la única encuestadora que trabaja para medios de comunicación que, de forma totalmente gratuita y libre, da acceso a la totalidad de la base de datos. Lo que hacen los demás no lo sé, porque como nos dan acceso no podemos reproducir sus procedimientos. Todas las encuestas que no ofrecen los datos brutos y libres, o sea, los datos brutos para que se pueda analizar, para mí por definición no tienen fiabilidad, porque lo que están diciendo yo no lo puedo reproducir.

Cualquiera puede coger los datos y hacer una estimación alternativa de votos y escaños, si es que se le ocurre hacer una estimación alternativa. Pero yo no puedo responder por los demás. Yo lo único que sé es que sin transparencia, la fiabilidad para mí es nula, y creo que los lectores y ciudadanos tendrían que tomarse esto muy en serio. No entiendo por qué vamos a creernos nada de lo que nos está contando un instituto que no es totalmente transparente.

¿No es suficiente con la ficha técnica que añaden otros medios al final de las noticias sobre encuestas?

Hay dos cosas que son imprescindibles y que no hace la mayoría. Primero, hay que publicar los datos brutos, es decir, qué es lo que ha dicho de manera directa el ciudadano cuando se le pregunta por la intención de voto directa, cuando se pregunta por simpatía, cuando se le pregunta por el recuerdo de voto. Es obligatorio ofrecerlo en las encuestas preelectorales, según la LOREG (Ley Orgánica del Régimen Electoral General). Por otro lado, nosotros ofrecemos los datos libres y gratuitos. Eso ya es un plus de transparencia, porque no se exige legalmente, pero lo ofrecemos.

¿Cuál es tu papel en 40dB?

Soy la fundadora de la empresa. O sea, fundé la empresa hace 11 años y actualmente la dirijo. Yo diría que tengo un perfil de una directora muy implicada en el día a día del desarrollo de la empresa, con un perfil más de socióloga que de empresaria. Es decir, me preocupo más por la calidad de los estudios que por la marca del negocio. No sé si está bien o mal, pero ese es mi perfil.

También fuiste directora del CIS durante tres años ¿Qué diferencias hay entre dirigir el ente público y una agencia de investigación como es 40dB?

Esto es muy interesante, porque las instituciones son muy distintas en muchos aspectos. Los dos trabajos son muy interesantes. El CIS te proporciona unos recursos enormes para hacer muchísima investigación. Por otro lado, las empresas, aunque dispongan de menos recursos, son más flexibles para adaptarse tanto a la hora de hacer preguntas como a plantear investigaciones. Hay muchísima más flexibilidad para captar los momentos actuales, para hacer los cambios oportunos que te permitan seguir midiendo adecuadamente la realidad social. Las empresas son mucho más innovadoras. Desde mi experiencia, 40dB es mucho más innovadora que el CIS. Disponemos de menos recursos y no puedes hacer estudios costosísimos, o a veces te gustaría disponer de más recursos para mejorar y eso es complicado. A cambio, sí que tienes la flexibilidad para innovar.

“Las empresas, aunque dispongan de menos recursos, son más flexibles”

Belén Barreiro

¿A qué te refieres con flexibilidad?

El CIS es una institución de muchísimos años, hay series temporales que se llevan haciendo desde hace 30 años o más, porque hay que respetarlas. Tienes demandas de ministerios, hay una serie de procedimientos que tienes que seguir… Cuando hay que seguir procedimientos, la toma de decisiones es menos rápida y menos fresca, por decirlo de algún modo. Desde la empresa, digamos que no hay ningún trámite específico que seguir. Nosotros respondemos a los intereses o a las demandas de nuestros clientes. Nosotros tratamos de medir la realidad a día de hoy.

Por poner un ejemplo, siempre que hay un problema nuevo, al CIS le cuesta mucho medirlo. De repente la vivienda preocupa más, pues nosotros hacemos un estudio especial sobre esto. En una institución privada es más fácil, porque es más libre para hacer las preguntas que quieres. Las administraciones públicas son mucho más procedimentales, y hay razones para que sean así, pero muchas veces eso va en detrimento de la innovación.