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El tiempo máximo que puedo dejar solo a mi perro o gato con la Ley de Bienestar Animal

El texto contempla prohibir la tenencia de ciertas especies, nuevas sanciones y condenas para casos de maltrato o negligencia y hasta el tiempo máximo (tres días) que una mascota puede estar sin supervisión

Actualizado a
La gobernadora de Nueva York firmó una ley que prohíbe la venta de ciertos animales. ¿Qué animales sí se pueden vender en tiendas de mascotas en NY?
EDUARDO MUNOZREUTERS

La cámara baja ha aprobado la nueva ley de Bienestar Animal. La iniciativa ha sido un foco de polémica continuo entre los miembros de la coalición, especialmente por los desencuentros en temas como la tauromaquia o la caza. No obstante, el ejecutivo ha conseguido finalmente presentar un texto de consenso al parlamento. A pesar de que a Unidas Podemos le habría gustado profundizar más en algunas cuestiones, la entrada en vigor de esta pieza de legislación introduciría varios cambios significativos.

El objetivo principal de la ley es definir claramente qué animales se pueden tener como mascota y cuáles no. Para ello, se prevé invertir el procedimiento actual. En lugar de una lista de especies prohibidas, se redactará una de especies permitidas. Todas las que se queden fuera estarán automáticamente ilegalizadas para tenencia doméstica. Aún no se ha hecho público qué animales entrarán en esta enumeración, pero se cree que perros, gatos y pequeños roedores habituales en las viviendas estarán incluidos. Las personas que ya tengan a su cargo animales que queden fuera de la lista de mascotas podrán obtener permisos especiales para quedárselos, pero una vez estos mueran no podrán adquirir más.

Los animales deberán estar acompañados

Otro de los cambios más llamativos es que se regulará por ley el tiempo máximo que una mascota podrá pasar en soledad. El período será de 3 días en el caso de los gatos y de un día en el de los perros. Además, se establecen unas condiciones mínimas para poder cuidar de un animal en el domicilio. Por ejemplo, un espacio lo suficientemente amplio y protegido de las inclemencias meteorológicas para garantizar su integridad física y psicológica. Tendrán un tratamiento especial los llamados “perros de trabajo” (pastores, de guía para personas invidentes, perros policía...), que podrán pasar más tiempo sin supervisión pero deberán llevar en todo momento un chip localizador.

También se prevén exenciones en estos puntos para animales utilizados en experimentos, animales de caza y toros. A pesar de que la tauromaquia no estará esencialmente amenazada por la ley, sí se podría poner fin a algunas tradiciones de diferentes pueblos de España que conlleven crueldad o maltrato animal. Además, quedará prohibido el sacrificio de animales por causas no justificadas, y se establecerá la obligatoriedad de la castración de los gatos callejeros para evitar la reproducción exponencial de la especie, lo que podría suponer un grave desequilibrio medioambiental.

Exámenes para los dueños

Otra polémica medida es la previsión de establecer un curso obligatorio que deberán superar todas aquellas personas que tengan o quieran tener una mascota. Esto podría incluir a dueños actuales, que tendrían un plazo determinado para superar este curso desde la puesta en marcha definitiva de la nueva norma. Se dejará de determinar por criterio de especie la peligrosidad de los perros, y se hará una transición hacia un nuevo modelo de estudio de sujetos individuales para determinar su grado de “sociabilidad”.

Y se acabó lo de ir a las tiendas de animales a elegir el cachorrito más resultón del escaparate. Con la nueva ley, estos establecimientos no podrán vender ni perros ni gatos. Sí se permitiría el comercio con peces y algunos roedores, pero en ningún caso podrán ser expuestos tras una mampara que dé al exterior del local. La idea detrás de esta política es incentivar la adopción para buscar hogar a perros que viven en refugios o protectoras y evitar que los animales sean percibidos como productos de consumo.

El incumplimiento de alguno de estos puntos supondría una infracción legal de gravedad variable dependiendo del caso concreto, pero se contemplan cuantiosas multas dinerarias organizadas en tres escalones, con unas cantidades que oscilan entre los 500 y los 200.000 euros.