Aviso de EEUU y Corea del Sur a Kim Jong-Un
Se trata del ejercicio Ulchi Freedom Shield (UFS) y consiste en un conjunto de operaciones que persiguen repeler un supuesto ataque de Corea del Norte.
Los estados siguen tensando la cuerda en plena crisis internacional. El último tirón lo han dado Estados Unidos y Corea del Sur al activar una de sus mayores maniobras militares. Se trata del ejercicio Ulchi Freedom Shield (UFS) y consiste en un conjunto de ejercicios que buscan estar preparados ante un posible ataque norcoreano.
Este dispositivo, que surgió hace años como respuesta al plan de Kim Jong-Un para modernizar su arsenal, continuará hasta el próximo 1 de septiembre, de acuerdo al comunicado publicado por el Estado Mayor Conjunto surcoreano (JCS) —y recogido por Efe—.
Ya lo pusieron en práctica el pasado verano de 2018, aunque cesaron cuando los tres países estuvieron dispuestos a dialogar en lo que pareció un momento de acercamiento que acabó en 2019. Esta brecha, además, se acrecentó en el momento en el que, desde Pionyang, apostaron por desarrollar armas hipersónicas y otro tipo de arsenal nuclear.
A todo ello hay que sumar que, al ascender a la presidencia el actual mandatario surcoreano, Yoon Suk-yeol, hizo una promesa: la de “normalizar” los ejercicios militares combinados y promover la disuasión contra sus vecinos del norte.
Despliegue de tanques y miles de soldados frente a un test nuclear
El dispositivo se divide en dos tipos de ejercicios: una parte defensiva y otra ofensiva. Y, aunque se desconoce si durante las prácticas que han anunciado llevarán a cabo tácticas con fuego real, desde la agencia Efe apuntan que “se da por hecho que implicará el despliegue de tanques, activos aéreos y miles de soldados”.
Mientras tanto, Corea del Norte, en el marco de su plan de modernización armamentístico, tiene contemplado realizar una nueva prueba nuclear, la primera desde 2017. De acuerdo a la agencia de noticias, lleva ultimándolo desde el pasado mes de febrero y hace semanas que tiene todo lo que precisa para poder llevarlo a cabo.
Ante una posible detonación subterránea de estas características, Washington y Seúl ya han asegurado que habrá una respuesta. Esta pasaría por un despliegue de activos norteamericanos en la zona, de acuerdo a los acuerdos que alcanzaron ambos países hace unos meses.