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‘Kaiser’ Vinicius

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Champions deluxe. Cuando vives noches así, sientes que merece la pena haber nacido para amar este deporte que jamás te dejará tirado si sigues la estela de un equipo llamado Real Madrid y de una competición denominada Champions. Ver cómo compiten los blancos, sea en el escenario que sea, es de alabar, porque estamos hablando de batallas futbolísticas que quedarán en la retina de los aficionados durante muchos años. El Madrid de Ancelotti, el genio de la lámpara de los banquillos, sobrevivió al rugido de 70.000 gargantas bávaras, como ya lo hiciese hace un par de semanas con los ingleses en el Etihad. No olviden que este equipo está a 90 minutos de plantarse en la que sería su sexta final de Champions en las últimas once ediciones y, además, sin perder un solo partido. Números de ciencia ficción para un Madrid que ha sobrevivido a la rotura de tres cruzados (Courtois, Militao y Alaba) y a la decisión de no fichar un delantero centro top pese a la marcha de un jugador con tanto peso como era Benzema. Este Madrid puede con todo y con todos...

‘O rei’ Vinicius. Los grandes jugadores se consagran en los grandes partidos. Vinicius aterrizó en el Bernabéu cuando era un niño de 18 años y desde el primer día se echó a la espalda la mochila de un escudo que aprieta como un dragón de mil cabezas y supo crecer a pesar de las críticas feroces y las dudas que despertaba su incuestionable talento. Vini era un diamante por pulir y ya está tallado, hasta tener un valor incalculable en el mercado. Su doblete goleador en el Allianz le pone de nuevo en la cumbre del Star System. Su manera de definir ante un gigante como Neuer en el mano a mano del 0-1 y su temple en la transformación del penalti del empate final le impulsan hacia una nueva estantería en la que sólo pueden lucir los números uno. Vinicius no tiene techo y quiere su segunda Champions en una temporada marcada por el mayor poder desequilibrante exhibido desde que llegó al Bernabéu. Vini, el kaiser eres tú.

Pasión blanca. Viví el partido en los estudios de la SER y con el equipazo del Carrusel. Fue una gozada disfrutar de los comentarios de Mijatovic (la Séptima es tuya), el maestro Relaño y los apuntes de Dani Garrido, que me miraba cómplicemente entendiendo que el Madrid iba a volver a salir airoso de una gran noche continental. También lo vivió con su pasión madridista Rafa Nadal, al que dio tiempo a ver desde los vestuarios de la Caja Mágica el golazo inicial de Vinicius con ese pase para la hemeroteca de Kroos. Toni y Modric (los 25 minutos del croata fueron puro caviar) volvieron a demostrar que son fundamentales y que para ganar la 15 habrá que pasar por sus maravillosas botas...

El Bernabéu. Igual que los hinchas del Bayern organizaron en las gradas del Allianz el llamado “infierno rojo”, desde aquí hago ya una llamada a la fiel y entendida afición madridista para que convierta el santuario del Bernabéu en un Infierno Blanco el próximo 8 de mayo. Juanito fue el primero que vivió noches increíbles en Europa ante ese Bayern que era un ogro para nosotros, pero seguro que desde allá arriba será el primero que alentará al Bernabéu para que el primer gol de la vuelta se meta desde las tribunas. Y un abrazo muy fuerte a esos 4.000 vikingos que abrazaron a los jugadores al término del partido. El día que me retire, mi sueño es ser como ellos. Viajar allá donde vaya mi Madrid.

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