Courtois será titular en Wembley
Manita para Wembley. Era un ensayo para la final de Londres y las sensaciones no pudieron ser más positivas. Un Madrid redondo, perfilado, motivado, ofensivo, convincente, sobrio, firme, eficaz, sólido y contundente. Ancelotti estará más que satisfecho con esta probatura con el once que muy posiblemente repita ante el Borussia Dortmund en el santuario de Wembley. Sólo una modificación: Rüdiger entrará por Militao, todavía en fase de mejorar tras su gravísima lesión del cruzado. Pero apuesten, si no hay ningún problema físico de aquí al 1 de junio, a este once en el intento de conquistar la soñada 15: Courtois; Carvajal, Rüdiger, Nacho, Mendy; Camavinga, Valverde, Kroos, Bellingham; Rodrygo y Vinicius. Un equipazo que seguramente repetirá dentro de dos semanas en el Bernabéu ante el Betis, en el que será el último gran ensayo antes de desembarcar en la capital inglesa. Un once de garantías máximas que debe regresar con el tesoro que encumbrará a este Madrid como el mejor equipo (también) del Siglo XXI. Tiempo al tiempo.
Enorme Tibu. Courtois ha vuelto. Con todas las consecuencias. En su tercer partido seguido en la titularidad, el gigante belga dio un cursillo de seguridad y poderío en su jaula dorada. El Alavés de Luis García Plaza le exigió hasta el punto de sacarle al Muro de Bree nada menos que diez paradas. Una estadística descomunal de la que ha salido indemne de nuevo. Tres partidos, cero goles encajados. No es que haya presentado su candidatura para Wembley. Directamente, ha cogido la bandera de la titularidad y nadie podrá arrebatársela. Hizo una parada a Hagi (su padre metió goles maravillosos en este mismo estadio), una que acabará en el Top Ten de mejores intervenciones de toda la Liga. El Bernabéu festejó la recuperación total de su porterazo (el negro le sienta de lujo), sin duda el Guante de Oro y el The Best de las porterías. Lunin ha hecho un temporadón, pero Tibu es mucho Tibu. Debe entenderlo.
La volea de Zizou. Este 15 de mayo no es un día cualquiera para los madrileños. San Isidro. Nuestro Patrón. Y para los no madrileños, esta fecha también tiene un vínculo muy especial si te tira el blanco. En el 15-M del año 2002 un mago con botas llamado Zinedine Zidane metió en Glasgow el gol más plástico y espectacular de la historia de las finales de las Copas de Europa. Su famosa volea al Bayer Leverkusen. Ese pase al cielo de la ciudad escocesa lanzado por Roberto Carlos y bajado a la Tierra con una volea mágica, aerodinámica e inmejorable. Un gol de autor que marcó para siempre la carrera del marsellés. El gol de los goles en una final de Champions. Luego llegaron las paradas milagrosas de Iker Casillas en el tramo final para desesperación de Ballack, Lucio, Neuville y compañía. Inolvidable.
Balón de Oro. En la segunda semana de diciembre se entregará en París el Balón de Oro al mejor jugador de 2024. Aquí dejo escrito que el podio lo coparán tres jugadores del Real Madrid. El primer puesto se lo repartirán entre Vinicius y Bellingham, pongan ustedes el orden que prefieran. Y el tercero será Mbappé si hace una buena Eurocopa con Francia. Llegan tiempos muy buenos para el madridismo. Encima con Arda Güler mostrando una eficacia increíble ante el gol. Lleva cuatro chirlos en cuatro ratos. Tremendo.
Euforia vikinga. Me la transmiten mis amigos de las peñas de Medina del Campo, Verín, Camp de Morvedre (Puerto de Sagunto) y Toronto. Todos ya viven la 15...