La travesía por el desierto de Brasil

Brasil cayó ante Paraguay y la herida del Mundial se hizo aún más grande, pero al menos se libró de un calvario ante Argentina. Tal vez no de una goleada con el recuerdo de Alemania tan cerca, pero sí de un partido en el que las camisetas amarillas corriesen detrás de la pelota. Con Dunga en el centro de las críticas, el problema parece estructural. Buenos futbolistas brasileños hay y están por todos lados, pero pocos pasan la frontera hasta la excelencia. Neymar, Dani Alves en su puesto, la promesa de Coutinho y poco más. David Luiz y Thiago Silva se han estancado, y del perfil Willian hay varios. Muchos reclaman a Oscar o Hulk, pero no marcan la diferencia ahora.

Piensen en cualquier alineación de Brasil desde la década de los ochenta hasta el Mundial de 2002 y comparen. Resulta atroz, tanto como pensar que Brasil acabó jugándose la Copa América con dos futbolistas de la liga china y de los Emiratos Arabes. Tardelli y Everton Ribeiro ejemplifican todo esto. La travesía del desierto empezó hace años en Brasil y no se ve el final. Y las eliminatorias para el Mundial de Rusia arrancan ya, sin Neymar los dos primeros partidos...