Casi un año después de que se decretase el primer estado de alarma por la pandemia del coronavirus, el avance de la campaña de vacunación empieza a dar esperanzas sobre el fin de los confinamientos y del alejamiento entre familiares. Y así lo reflejó Álvaro Carrillo, un joven malagueño de 21 años, que tras un año sin poder ver a su abuela, escenificó su encuentro en el rellano de su casa.

El último encuentro entre ambos fue durante la misa con la que homenajearon al hermano de la abuela, Carmen Peláez, que falleció en pleno confinamiento domiciliario durante la primera ola. Pero ya llevaban sin verse desde mediados de febrero, pues ella se había confinado con los primeros contagios en España. Sin embargo, desde entonces, tal y como comenta Carrillo, “todos los días hablamos y hacemos videollamadas siempre que podemos”.

El aumento de contagios previo a la Navidad fue un palo duro para la familia, pues ningún miembro de la familia se reunió con Peláez para evitar correr riesgos. Además, los confinamientos perimetrales han dificultado también los encuentros casuales, pues Álvaro reside en Rincón de la Victoria (Málaga) y Carmen en la capital provincial.

Una visita al dentista cambió todo

Pero una visita al dentista en Málaga cambio todo. “Mi abuela llevaba unos días un poco más triste y decidí darle una sorpresa”, cuenta Carrillo. Por ese motivo, cuando acabó la consulta, se acercó a casa de su abuela y pasaron una hora juntos, con mascarilla y respetando la distancia de seguridad, tal y como el joven mostró poco después en su cuenta de Twitter.

“Se le saltaban las lágrimas, tenía muchas ganas de verme”, explica Carrillo emocionado deseando que la situación se revierta para poder volver a la normalidad cuanto antes.

La historia ha emocionado a muchas personas que están viviendo unas circunstancias similares. Precisamente así lo ha expresado el joven malagueño. “Quería mostrar una situación que están atravesando muchas familias”, concluye.