Los enfermos de COVID-19 sufren daño pulmonar y cardíaco a largo plazo, aunque puede mejorar
Un seguimiento realizado a pacientes de coronavirus ha revelado que muchos pacientes experimentan una mejoría 12 semanas después de recibir el alta.
Las secuelas que puede dejar la COVID-19 en los pacientes sigue siendo uno de los aspectos en los que más están profundizando los expertos. Un reciente estudio ha demostrado que estos pueden sufrir daño pulmonar y cardíaco a largo plazo, aunque en muchos casos tiende a mejorar con el paso del tiempo. Para llevar a cabo el análisis, investigadores de la región tirolesa de Austria reclutaron a pacientes con coronavirus que fueron hospitalizados en la Clínica Universitaria de Medicina Interna en Innsbruck, el Hospital St Vinzenz en Zams o el centro de rehabilitación cardiopulmonar, en Münster (Austria).
"La mala noticia es que las personas muestran deterioro pulmonar por COVID-19 semanas después del alta; la buena noticia es que el deterioro tiende a mejorar con el tiempo, lo que sugiere que los pulmones tienen un mecanismo para repararse a sí mismos", señala Sabina Sahanic, estudiante de doctorado clínico en la Clínica Universitaria de Innsbruck y parte del equipo que llevó a cabo el estudio, que incluye al profesor asociado Ivan Tancevski, la profesora Judith Löffler-Ragg y el doctor Thomas Sonnweber.
Durante su presentación en el Congreso Internacional de la Sociedad Europea de Respiración, los científicos mostraron los resultados de los primeros 86 pacientes inscritos entre el 29 de abril y el 9 de junio, aunque ahora cuentan con más de 150 pacientes participando. Estos tenían que regresar al hospital seis, 12 y 24 semanas después de haber sido de alta con el fin de ser evaluados. En estas visitas se realizaban exámenes clínicos, análisis de laboratorio, análisis de las cantidades de oxígeno y dióxido de carbono en sangre arterial, pruebas de función pulmonar, tomografías computarizadas (TC) y ecocardiogramas.
En su primera visita, más de la mitad de los pacientes tenía al menos un síntoma persistente y las tomografías computarizadas aún mostraban daño pulmonar en el 88% de las personas. Sin embargo, en el momento de su siguiente visita, los síntomas habían mejorado y el daño pulmonar se redujo al 56%. Todavía es demasiado pronto para tener resultados de las evaluaciones a las 24 semanas.
Disnea, síntoma más común
La edad media edad de los 86 pacientes incluidos en la investigación fue de 61 años y en el 65% de los casos se trataba de varones. Muchos eran fumadores o exfumadores y el 65% de los que requirieron hospitalización tenía sobrepeso u obesidad. Dieciocho (21%) habían estado en una unidad de cuidados intensivos (UCI), 16 (19%) necesitaron ventilación mecánica invasiva y la duración promedio de la estancia en el hospital fue de 13 días.
Un total de 56 pacientes (65%) mostraron síntomas persistentes en el momento de su primera visita a las seis semanas. Hasta 40 personas (47%) sufrían entonces dificultad para respirar (disnea), el síntoma más común, seguido de la tos, presente en 13 pacientes (15%). En la visita de 12 semanas, la disnea había mejorado y estaba presente en 31 pacientes (39%), pero seguía tosiendo el mismo número de voluntarios.
Las tomografías computarizadas mostraron que la puntuación que define la gravedad del daño pulmonar general disminuyó de ocho puntos a las seis semanas a cuatro puntos a las doce semanas. También mejoró el daño causado por la inflamación. Por su parte, el líquido en los pulmones causado por el coronavirus, que aparece en las tomografías computarizadas como manchas blancas, estuvo presente en 74 pacientes (88%) a las seis semanas y 48 pacientes (56%) a las 12 semanas.
Disfunción diastólica, un singo de gravedad
En la visita de seis semanas, los ecocardiogramas mostraron que 48 pacientes (58,5%) tenían disfunción del ventrículo izquierdo del corazón en el punto en que se relaja y dilata (diástole). Los indicadores biológicos de daño cardíaco, coágulos de sangre e inflamación fueron todos significativamente elevados.
La doctora Sahanic ha explicado que no creen que la disfunción diastólica del ventrículo izquierdo sea específica de COVID-19, "sino más bien un signo de la gravedad de la enfermedad en general. Afortunadamente, en la cohorte de Innsbruck, no observamos ninguna disfunción cardíaca grave asociada al coronavirus en la fase posaguda. La disfunción diastólica que observamos también tendió a mejorar con el tiempo", ha añadido.
Es importante empezar pronto la rehabilitación pulmonar
Numerosos pacientes deben permanecer semanas en cuidados intensivos con respiradores si sufren complicaciones con la COVID-19. Esto supone pasar mucho tiempo sin moverse, lo que, sumado a la infección e inflamación severas, conlleva una importante pérdida muscular, también en los músculos para respirar.
Por eso, Yara Al Chikhanie, estudiante de doctorado en la clínica Dieulefit Santé para rehabilitación pulmonar y el laboratorio Hp2 de la Universidad de los Alpes de Grenoble (Francia), insistió en la importancia de comenzar pronto un programa de rehabilitación pulmonar después de salir de los ventiladores para conseguir una mejor y más rápida recuperación. Esta rehabilitación incluye ejercicios físicos y consejos sobre el manejo de los síntomas, incluida la dificultad para respirar y el trastorno de estrés postraumático.
Al Chikhanie evaluó el progreso semanal de 19 pacientes que habían pasado un promedio de tres semanas en cuidados intensivos y dos semanas en una sala de pulmón antes de someterse a la rehabilitación pulmonar. La mayoría aún no podía caminar cuando llegó y tardó un promedio de tres semanas en rehabilitación. Al principio, los pacientes podían caminar una media del 16% de la distancia que, en teoría, deberían poder caminar en condiciones normales. Después de tres semanas de rehabilitación pulmonar, esto aumentó a un promedio del 43%, lo que fue una ganancia significativa, aunque seguía siendo una discapacidad grave.
"El hallazgo más importante fue que los pacientes que fueron admitidos a rehabilitación pulmonar poco después de salir de cuidados intensivos progresaron más rápido que aquellos que pasaron un período más largo en la sala de pulmones donde permanecieron inactivos. Y cuanto antes comenzara la rehabilitación y más tiempo duró, más rápido y mejor fue la mejora en la capacidad de caminar y respirar de los pacientes y la ganancia muscular", explicó Al Chikhanie. No obstante, las tres semanas no bastaron para que se recuperaran por completo.
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