Los últimos datos de casos confirmados, fallecidos y recuperados confirman una cierta tendencia esperanzadora. El Ministerio de Sanidad da por hecho que se ha alcanzado el pico de la curva, consecuencia de las estrictas medidas de confinamiento. Hoy se sabe que el aislamiento es una estrategia eficaz para frenar la propagación de la COVID-19, el virus que ha puesto en jaque al mundo. La amenaza sigue ahí. Se acumularán casos y lo peor habrá mucho más fallecidos, pero el futuro se vislumbra con algo más de optimismo.
La infografía superior recorre la expansión que el coronavirus ha tenido a lo largo de todo el mundo y detalla la cronología singular de España desde que se confirmó el primer caso ya un lejano 31 de enero. Las gráficas de contagiados y fallecidos por día revelan el efecto positivo que ha provocado el confinamiento. Y ya se cuentan casi 70.000 personas dadas de alta. Según una investigación de Imperial College, en España se evitaron unas 16.000 muertes contando solo hasta el 31 de marzo. El RO, el índice que mide la media de personas que cada contagiado puede infectar, está ya por debajo de uno, aunque el riesgo de un rebrote mortal no se esfuma todavía. Se ha controlado la pandemia, pero ahora parece necesario que empiece la fase en la que remita paulatinamente.