No quedan estrellas en el firmamento
Se baraja la posibilidad de que la UEFA castigue al PSG por no cumplir el Fair Play financiero y, por tanto, el Real Madrid pagaría los 300 millones y se llevaría a Neymar. No me lo creo.
Tanto el Real Madrid como el Barcelona se han aprovechado durante los últimos ocho años de unos ingresos que rompieron el mercado. Básicamente, porque se quedaron con todo el pastel de los derechos de televisión.
Ahora, lo que ha pasado es que la Premier ha adelantado a la La Liga.
La Premier entiende el fútbol como una maquinaria unida, produce el mejor fútbol del mundo y se van llevando todas las estrellas, no solo las actuales sino también las emergentes.
Tanto el City como el Liverpool van a reinar durante los próximos cinco años. Si no fuera por Mou, el United lo ganaría todo, pero todavía no se han dado cuenta los 'Red Devils' de que en los últimos 20 años, Mou ha hecho una décima parte de lo que ha hecho Guardiola en la mitad del tiempo. Y Pochettino tiene un equipazo. No ha fichado a nadie. Qué genio.
Así que el problema es el siguiente: el mercado que se ha estabilizado teniendo equipos a los que les sobra el dinero como la Juve, Bayern, PSG, los ingleses y el Barça (y una cantidad cada año mayor de chinos, cataríes y japoneses) hacen que las estrellas mundiales suban su precio y no haya mucho más que elegir.
Y ahora, es ahora cuando el Madrid y el Barça tienen que volver a sus orígenes. Volver a la cantera y dejarse ya de tanto marketing y camisetitas.
El Barça parece que lo tiene con Riqui Puig. ¿Y el Madrid?.
Como lo han hecho los franceses en el último Mundial, ahora al Madrid les ha llegado la hora de Cevallos, Isco, Asensio y compañía. Ahora es cuando tienen que demostrar que ellos son las estrellas y que no necesitan fichar a nadie. Neymar se va a convertir en otro Ibrahimovic. Hablan mucho de él y no ganó nada. Y no, la Liga francesa no cuenta, lo siento.
El Madrid, en esta nueva etapa, tiene que convencer a todos y entre ellos a su propia afición que su filosofía de equipo histórico tiene que prevalecer. Pero recuerda, querido lector, que ningún reinado duró 1.000 años, y si no, pregúntaselo al Milán.