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Y por fin se hizo de noche

Miami

La suerte se acabó porque la final de la Supercopa de Europa entre el Madrid y el Atlético estaba, una vez más, a punto de definirse por una suerte traicionera y malvada como el penalti a Lucas Vázquez contra la Juventus o el performance inolvidable del innombrable portero del Liverpool.

Esta vez la suerte ya no fue la protagonista.

Esta vez lo que decantó la balanza fue que al Madrid le falta un central: Varane nunca será como Umtiti o Lenglet y, por encima de todo, le faltan los 50 goles de Ronaldo.

Imagina que le dices a tu pareja o a un amigo: “Nos hemos quedado sin hielo para la fiesta, sube dos bolsas” y cuando llega a casa te dice: “Toma las fresas que me pediste”. Pues eso es lo que ha hecho el Madrid: “Me acaban de volar 50 goles y me compro un portero”, y hay una cosa peor: es que ya no hay nadie en el mercado.

El Madrid vendió a Morata y los Cavani, Mbappé, Neymar, Kane, Salah, Lewandoski y Hazard le han dicho que no o los clubes han pedido no menos de 200 millones. Ni Chicharito ya está.

Y mira que durante la primera parte el Madrid ha jugado de manera brillante, pero no han marcado goles; por qué, porque en vez de hielos, le trajeron fresas.

Y sin saberlo pero queriendo, se hizo de noche, y esta noche puede ser muy larga.