Y, ¿si chutamos a portería?
Y a partir del minuto diez ya no se pisaban porque Paulinho desapareció del mapa como lleva haciendo los últimos diez partidos.
Willian no metió tres goles porque los palos jugaron con el Barça, pero es que lo hizo tres veces: “Hola, soy Willian; pásame el balón que soy mucho más rápido que Busi, le rompo la cadera en un plis y remato a puerta... una vez, dos veces y tres veces”. Y marcó. Era de cajón.
Supongo que para el partido de vuelta habrán aprendido la lección.
Y luego está la defensa del Chelsea. Se cerraron con todos los cerrojos existentes. Tiraron la contra y la que tuvo Hazard la envió por encima del alemán y la que tuvo Messi la metió.
Courtois no tocó la bola ni una vez. Qué trabajo tan genial tiene.
Para finalizar, el universo se repitió levemente. Hace nueve años Messi se la pasó a Iniesta. Esta vez ha sido al revés: Iniesta se la regaló a Messi.
Dembélé ¿sales a jugar ya? o ¿sigues siendo muy joven? Venga, hombre, que te necesitamos, que vales mucho.
El esperpento llegó cuando faltaba un minuto para que se acabara y salió Andre Gomes.
Cuenta la leyenda que si lo repites tres veces te aparece alguien por detrás y te da un susto.