Y Messi dejó de sonreír
Messi, durante el partido y observando lo que decía su cara y su cuerpo, quería irse a su casa.
El año pasado Messi reía constantemente con sus amigos: Neymar y Suárez y en el primer partido de la temporada 2017-18 no se ha reído nada. Al contrario, llevaba una cara de cabreo y soledad que nunca se la habíamos visto.
Cuando una pelota se perdía por el fondo del campo o alguno de sus compañeros se la pasaban mal, el que hablaba era su cuerpo, miraba al suelo, medio cheperudo, distante, como un walking dead... ¡¡vamos Messi!! ¡Que sos el mejor de la historia, loco!
Y la verdad es que ha jugado como solo lo hace él.
Básicamente lo ha hecho todo, ha creado zig zags que van en contra de la física, se ha desmarcado, ha regateado a todo el Betis varias veces, ha dado asistencias y aunque no ha marcado, ha tirado a los palos tres veces.
Ha hecho un hat trick de palos. Se debería inventar una regla que dijera algo así como: si tiras tres palos vale por un gol.
Lo que ha sido triste, tristísimo es intentar coordinar algún tipo de jugada con Alcácer ( AKA: ese jugador que ya verás como el partido que viene mete tres goles) o André Gomes ( el caminante sigiloso).
La buena noticia es que Semedo es un prodigio de la naturaleza. Cierto es, Vive Dios, que los primeros 15 minutos no sabía dónde estaba pero pasado ese pequeño warm up, el portugués ha dicho: "esta banda derecha va a ser mía durante muchos años".
En lo que respecta a Sergi Roberto imperial al igual que Busquets y Rakitic dejó de arriesgar hace un par de años, parece que no vaya con él. El croata del primer gol contra la Juve en la final de 2014 ya no está ni se le espera.
Por su parte, Ter Stegen se pasó el partido comiendo pipas sentado en un palo y Jordi Alba hizo uno de sus mejores partidos que se le recuerdan.
¿Os imagináis que el City se llevase a Messi? No, es imposible. Pero si os acordáis, es justo lo que dijimos durante las dos primeras semanas sobre Neymar.