La poesía de Messi
Se toca la barba, le pica, ¿se la tiñe? da igual, le queda genial, prepara el balón, mira al cielo, respira, Neymar le debe decir algo como: "tú si eso, haces lo que quieras" si fuera por él le pediría un autógrafo cada vez que le tiene cerca, o un selfie, y Messi se concentra, limpia un poco el césped, lo peina, mientras se forma la barrera, entre ellos hablan, por...¿dónde la meterá?, es imposible que vuelva a meter un gol de falta, lleva dos seguidos en los últimos partidos, dos golazos por cierto, no puede ser, seguro que esta vez la tira fuera también, ya ha fallado dos antes de hecho, hoy no tiene el día, Messi ya no es lo que era, se le ve cansado, parece que es Neymar el que la va a tirar, claro, pobrecito, si no le dan protagonismos, además nuestro portero es muy alto,
y mientras los del Athleti piensan todo eso, Messi sigue mirando la pelota, no le importa la historia, los cientos de millones que le están viendo, que antes ha fallado dos, que le ha regalado el penalty a Neymar, a él lo que le importa es ver dónde la mete para que el portero ni la defensa le barran el paso y allí va...
tres pasos de carrerita...
prepara la zurda...
golpea...
y la pelota empieza a volar hacia el lado del portero, que le pilla a traición porque ya se iba hacia el otro lado y la bola sigue ejerciendo su parábola descrita de antemano por el Elegido, por el Único... y empieza a bajar y el silencio se apodera del Camp Nou antes de ver cómo la pelota da en la base del poste y se cuela para saborear la red... y estalla el público, y nos acordamos del autoproclamado The Best y nos reímos, y los que amamos el fútbol nos volvemos a pellizcar porque no nos lo creemos y así llevamos once años, ¡once! de ver a historia andante, de leer poesías casi cada domingo en renglones de césped recién cortado y seguimos soñando...
Y esto la UNESCO, ¿no lo puede proteger?.
Messi... Messi... Messiiiiiii