Adiós ayer, Platón y oda al fútbol
(sonando el Adios Ayer del gran José Padilla)
Después de la desastrosa noticia para el fútbol actual, he entrado a recordar la lista de los balones de oro del ayer.
Maradona nunca fue Balón de Oro. Ya solo por eso, este titulín debería eliminarse, pero bueno, seguiremos con la grandilocuencia de la mercadotecnia.
El primer balón de oro en mi recuerdo fue para Paolo Rossi, el italiano que ganó el Mundial de España en 1982. Aunque en la retina de todos queda la celebración del gol de Tardelli en aquella final. Todos los españoles íbamos con Italia. Por entonces, ellos ganaban, nosotros no. Ahora el cuento es al revés.
Jugadores imborrables en la memoria del fútbol se lo han llevado como Van Basten (la finura plástica del siglo XX), Gullit (el pelotes), Papin (qué crack), il divino codino Baggio, Rivaldo (qué chilena aquella), Ronaldinho (la magia), Owen (inexplicable), Weah,(qué Milán aquel), Platini (que manía le tenía), Cannavaro (excuse me?), Cruyff, Beckenbauer... tantas leyendas del fútbol.
A pesar de la gente que ha votado para darle el balón de oro a el individualista que se enfada si él no es el protagonista, al que pega patadas porque sabe que los árbitros no lo expulsan, al que no se abraza con sus compañeros cuando le quitan protagonismo.. a pesar de todos estos que le han votado, los buenos seguiremos amando el fútbol y tenemos que defenderlo del ocaso al que nos vemos sometidos por marcas comerciales o modas pasajeras.
Que alguien en su sano juicio no vote a Messi como el mejor jugador del mundo aunque esté cojo, es para hacérselo mirar, dejarlo todo e irse al monte a cultivar olivos.
No se puede ir contra las ideas. Las ideas son los que mueven el mundo. Es como si fuéramos en contra de la virtud de la belleza. Messi es la idea de la belleza. Messi es la virtud. Messi es Platón. El otro es uno que corre, se enfada y mete goles sí, pero nadie le recordará cuando se vaya. En Barcelona le recordaremos cuando Messi nos deje, cada día.
Messi es la idea del fútbol hecha persona.
Regala goles a sus compañeros, le dice al árbitro que no es falta, motiva a los otros con pases de ensueño, deja que otros chuten los penalties, hace que los otros sean mejores... y esa es la clave, el líder hace que los otros sean mejores. El otro, no.
La mediocridad nos ha invadido así que algunos tenemos que salir a defender el virtuosismo de la verdad y de lo bueno.
Messi o Iniesta son la inspiración para las nuevas generaciones. El otro es lo que no queremos ser por muchos ferraris, modelos, cuerpecito bonito y Marruecos.
Yo quiero ser Messi.
(y se acaba la canción con la puesta de Sol por el mar, viéndola desde el Café del Mar de Ibiza)