Mañana en la batalla, piensa en mí

Cada partido es una batalla. Batalla deportiva.

Ayer, escuchando a uno de los más grandes críticos de "todo" de España, justo antes del partido contra el Celtic y aunque él se obstina en venderse fatal, Sergi Pàmies, decía algo así como "es un partido que no valdría la pena ver, incluso podría ser aburrido pero a lo mejor a Messi le da por hacer una obra de arte y no podemos permitirnos perderlo". Qué verdad y qué razón.

Todavía recuerdo que mi madre, al estar en el hospital por un caída sin importancia, me privó de ir al Camp Nou a ver un Barça Getafe de otro miércoles para olvidar. Pero no fue un partido cualquiera, fue aquel en el que Messi hizo historia metiendo aquel gol que sigue dando la vuelta al mundo. Fue una batalla inolvidable.

Cuando todavía algunos osan comparar a Maradona con Messi (todavía no sé ni cómo se atreven) el dato al que me acojo es contundente: disfrutamos de tres años de Maradona y llevamos más de diez de batallas ganadas por Messi.

Lo de ayer en el Camp Nou fue otra batalla para enmarcar, no solo por los goles, sino porque hace que el equipo brille en otra dimensión. Y cuánto lo vamos a echar de menos cuando se retire.

Es el mejor en la batalla porque lo hemos disfrutado hasta casi cansarnos de él. A veces pienso que quiere que nos cansemos.

Y luego está ese buen jugador, Ronaldo. Acomplejado, excelso, rápido, envidioso, protagonista y goleador y que se atreve a atacar a Xavi, uno de los jugadores insignias e historia viva del Barça y de la selección española de todos los tiempos.

Así que tiene que ser Messi, el Espectro,el que le recuerda cada día a Ricardo III o, en este juego metafórico, a Ronaldo que "mañana en la batalla piensa en mí", porque da igual los músculitos y los goles que metas. Da igual las camisetas que te rompas y las peliculillas que hagas.

Hagas lo que hagas, Ronaldo, siempre te recordarán por debajo de la eterna figura de la sombra del Espectro de Messi.