La nueva vida de Beatriz Montáñez, expresentadora de ‘El Intermedio’, viviendo en el bosque

Durante cinco años, Beatriz Montáñez fue uno de los rostros más vistos del prime-time televisivo español. La periodista fue la copresentadora de un formato que nació en 2006 y que todavía perdura hoy en día: ‘El Intermedio’. Junto con el Gran Wyoming conoció un éxito televisivo que llegó a ser premiado incluso con un Ondas, pero todo cambió unos años más tarde.

En diciembre de 2011 se despidió de Wyoming con un sentido abrazo para “descansar y acometer nuevos proyectos de formación personal”. Esos proyectos se vieron reflejados en un debut en el cine en la cinta ‘88′ y en sendas apariciones en ‘El gran debate’ de Telecinco o en ‘Hable con ellas’. Sin embargo, su mayor reconocimiento llegó con la consecución de un premio Goya por ‘Muchos hijos, un mono y un castillo’, un documental en el que trabajó como guionista.

Fue una de sus últimas apariciones públicas antes de poner rumbo hacia una casa de pastores alejada de la urbe. “Por mucho dinero que ganara en televisión, prefiero la vida austera. No hay dinero en el mundo que te pueda comprar la paz. Por mucho dinero que ganara, por mucho futuro que me esperara, prefiero la vida que llevo. Lo volvería a hacer cien mil veces”, contó en la presentación de su obra ‘Niadela’, el nombre que recibe su nuevo hogar.

Irse fue una manera de huir de una vida que le había saturado. “Estaba perdidísima. Es muy difícil cuando no tienes un camino concreto, ves bifurcaciones y no sabes cuál tomar. Había mucho ruido en mi vida y eso me provocaba mucha inestabilidad. Sentía que en cualquier momento iba a explotar y necesitaba silencio y saber cuál era el camino”.

En su retiro, Montáñez vive gracias a los ahorros de sus trabajos en la pequeña pantalla. “Todo lo que me rodea es muy austero. Me hice vegana, así que lo que como es barato. Verduras frescas, legumbres, semillas, raíces... no me gasto más de 150 euros en alimentación. No pago casa, instalé paneles fotovoltaicos y el agua viene de un pozo”.

La expresentadora de ‘El Intermedio’ solo sale a comprar cada 25 días y hace una excursión a Madrid dos veces al año para encontrarse con sus amigos y hacer planes sociales, pero tras todo ello vuelve a su retiro. Un hogar que, tras sus últimas apariciones en los medios de comunicación para presentar su libro, se llenó de intrusos que “revoloteaban su casa a dejarle notas y observarla con prismáticos” hasta el punto de que la Guardia Civil tuvo que intervenir.

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