Se gasta casi 100 euros en uno de los restaurantes más románticos de Madrid: “No puedo explicar”

Si algo tiene una capital europea son calles para pasear enamorado y tejados para contemplar sonriente cómo lo hacen aquellos que lo están. Normalmente, dichos caminos llevan, si no a Roma, a un restaurante italiano. Este tipo de locales, amén de la plena fiabilidad que aportan en las cenas románticas, cuelgan el cartel de ‘lleno’ cada 14 de febrero; a falta de muchos meses para el próximo, y con la seguridad de poder reservar mesa para el siguiente, Bea, conocida en redes sociales como ‘Baratitasss’, muestra una de las mejores opciones que se pueden encontrar en Madrid.

“Este restaurante es Numa Pompilio, mirad qué bonito era por dentro el ambiente que tenía”, dice mientras toma asiento y mostrando “la carta, aunque te traían tres: la de bebida, la de los vinos y esta”. La influencer, tras revelar que en el restaurante, ubicado en la calle Velázquez, se da como aperitivo “aceitunas y mortadela con un pan súper rico”, pasa al meollo de la cuestión y graba directamente los platos principales que tanto ella como su pareja, un tal Quique, han pedido.

“Yo me pedí la carbonara tradicional, que te la emplataban así, y Kike los rigatoni con salsa amatricciana. Mirad cómo se ven. La verdad es que la carbonara traía más. Eso sí, estaba buenísima; es más, te puedo decir que igual de buena que en mi restaurante favorito. Y el de Kike me sorprendió muchísimo porque apenas picaba y el tomate estaba riquísimo”, cuenta, fijándose en que desde la mesa se podía observar la cocina y cómo los cocineros acometían cada plato.

Después, el dulce. “Los postres fueron la creme brulee de pistacho y otro que fue regalo de la casa, así que no me sé el nombre. Y os puedo decir que ya tengo número uno de mis postres favoritos [refiriéndose al primero]. Es que no os puedo explicar lo bueno que estaba esto. Me lo terminé entero; y también me comí este, que era nata montada con chocolate y un bizcocho buenísimo, con una especie de conguitos grandes que también estaban muy ricos”, desgrana. Estaba tan bueno el postre que hasta a Quique “le encantó también”, y eso que “no le gusta el dulce”. Para Bea hay poco margen de duda: “Súper recomendado”.

La cuenta ascendió a 93 euros. “Os puedo decir que merece la pena cien por cien. Opinión totalmente sincera. A mí me ha encantado, tanto el ambiente, como la atención, como la comida, los postres... todo, la verdad. Un diez y hace competencia con mi italiano favorito”, resuelve la influencer. Quique, a quien Bea pregunta por una valoración, se muestra pensativo en el parking y de camino al coche: “Un nueve y medio”.

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