David Beckham confiesa que padece el ‘síndrome del nido vacío’: “Es realmente doloroso”

Podría decirse que el fútbol fue hasta el debut de David Beckham una cosa y que, tras ese 23 de septiembre de 1992, se convirtió en otra muy diferente. El futbolista inglés marcó un antes y un después en el fenómeno mediático que se desprende de la figura del profesional del balompié, inyectando una cierta esencia de estrella del rock al perfil del deportista. Su matrimonio con Victoria Beckham, de las Spice Girls, fue el verdadero despegue del británico como estrella publicitaria y celebridad; y la pareja, que empezó el siglo XXI como la más famosa del planeta, nació una bonita familia que hoy llena de orgullo y nostalgia al exjugador del Real Madrid.

En una entrevista publicada en el último número de la revista Men’s Health, Beckham, en un arrebato de sinceridad, ha confesado extrañar a sus tres hijos mayores, quienes hace tiempo abandonaron el hogar familiar para consumar su independencia. “Es realmente doloroso”, confiesa. Tanto siente la falta de Brooklyn (1999), Romeo (2002) y Cruz (2005) en su casa que, incluso, admite echar de menos el tornado desastroso que guarda cada adolescente.

Donde antes había muchas voces ahora únicamente se escucha la de la pequeña Harper, de 13 años. “Pasamos de tener cuatro personas en casa a sólo una. Todo el mundo sabe que soy un maniático del orden. Soy muy ordenado, muy organizado y no me gusta el desorden. Pero cuando tienes hijos, todo es un caos. Realmente me gustaría entrar a sus habitaciones y ver toallas mojadas en el suelo. Lo extraño”, reconoce, dejando que una pregunta retórica complete el resto de su respuesta: “¿Qué daría por tener todo eso de vuelta y no venir a quejarme?”.

“Tengo una familia fantástica”

Cada uno de sus vástagos realiza su propia vida y, en muchas ocasiones, alejados de la casa de Londres en la que reside el exfutbolista. Esta situación ha llevado a Beckham a detectar en sí mismo el “síndrome del nido vacío”, amén del amor que siente hacia cada uno de ellos. No obstante, dice, esta condición no afecta en absoluto a su felicidad: “Tengo una familia fantástica y unos hijos que trabajan duro y siguen sus pasiones: eso es todo lo que me importa”.

Por otro lado, la relación con sus hijos, afirma, es muy buena y, de hecho, ambas partes hacen por cultivarla. “Mis hijos son bastante buenos, siempre me invitan al pub cuando salen con sus amigos. Últimamente van al pub más a menudo que yo, pero siempre me hacen sentir parte de su mundo”, asegura, prefiriendo, en cualquier caso, los planes familiares en un entorno natural: “Es increíble estar juntos en la montaña, sin teléfonos y solo charlando”.

Asomándose al medio siglo, Beckham, que en mayo soplará las velas de su 50º cumpleaños, sonríe por la familia que le rodea y por la actitud y estado físico con el que alcanza dicha edad. “No me molesta en absoluto. Mientras yo esté en forma y saludable, y mi familia esté bien, eso es todo lo que importa”, zanja.

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