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Quién era Queca Campillo, fotógrafa de la Transición y amiga del rey Juan Carlos I

Fallecida en 2015, se ha revelado cómo una figura de suma importancia gracias al documental ‘Salvar al Rey, la docuserie de HBO Max.

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Juan Carlos I mantuvo una discreta amistad con Queca Campillo.

Una fascinante historia de espías, conspiraciones y pactos de silencio, contada en primera persona por testigos y expertos, en la que toda la maquinaria del Estado se afana por proteger a Juan Carlos I de sus propios actos y ocultar sus escándalos”. La sinopsis de Salvar al Rey, la docuserie de HBO Max deja claro que nos encontramos ante un relato incómodo sobre la figura Juan Carlos I.

Y es que en todas las épocas, desde el comienzo de su reinado cuando lidera la transición hacia la democracia y sanciona una constitución de consenso que habla de su inviolabilidad -sinónimo de impunidad a la comisión de cualquier delito- , en los años 90 cuando el propio Estado o sus influyentes amigos protegen su figura o al final de su reinado cuando se ve salpicado por escándalos como el de Corinna Larsen, el actual rey emérito ha proyectado muchas sombras.

Su vida privada por ejemplo y sus supuestos romances más allá del matrimonio también han hecho fluir ríos de tinta en las últimas décadas y en la docuserie de tres capítulos también se da buena cuenta de ello y se aporta algún nombre hasta ahora desconocido como el de la prestigiosa Angélica ‘Queca’ Campillo Álvarez.

Fallecida en 2015 a los 65 años de edad, la extremeña fue una de las primeras mujeres en dedicarse al fotoperiodismo en España y fue una figura muy influyente en la Transición Española llegando a recibir en 1980 el Premio Nacional de Periodismo Gráfico por su papel como cronista en una época en la que tenía acceso directo a las personalidades más destacadas.

Pero lo que desvela la docuserie es que durante 30 años fue una de las personas más cercanas a Juan Carlos I, al parecer, en todos los sentidos. Aunque sin una confirmación clara, como suele suceder en estos casos, se deja claro que existía una amistad especial, íntima, entre ambos que prosperó gracias a Sabino Fernández Campo, jefe de la Casa Real de 1990 a 1993, que organizaba sus encuentros.

“A veces llamaba a casa y sabía que era él, que era el rey preguntando por mi madre, tuvimos que acostumbrarnos a su presencia en nuestras vidas”, asegura en el documental Carmen, hija de Queca Campillo de la que al parecer el Rey valoraba que le dijera las cosas “sin paños calientes”.

Pero más allá de la hipotética relación sentimental o de su labor como confidente, la fotoperiodista también fue una de esas figuras que trató de proteger, desde una lealtad inquebrantable, la imagen de Juan Carlos I o actuar según los intereses del monarca. Cuánto le debe el rey emérito a la cacereña es algo que probablemente nunca se llegue a saber con total precisión, pero lo cierto es que puede considerársela como uno de los apoyos fundamentales para preservar su reputación nacional e internacional con el paso de los años. Una misión que hoy en día parece harto difícil de lograr.