Las Mil Razones con las que Diagnóstico Binario conquistó Madrid
La banda de Elche conquista la capital con un concierto en una Moby Dick lleno donde confirman que son unas de las bandas a las que no perderles la pista.
El último en emerger de la puerta que conecta el camerino con el escenario es Dani Martínez. Los demás están ya. David Martínez con sus baquetas y tras su mampara de cristal, por el ruido que genera cuando aporrea su batería. Álex Spar con su bajo, Javi Rodríguez y Antonio Botella con sus guitarras. Y Dani, antes de unirse, que inspira profundo al otro lado de la puerta, de ojos cerrados, con ese pensamiento en ella, su abuela, esa que siempre estaba en los conciertos de Diagnóstico Binario y que le encantaría esto. La Moby Dick a tope de humo y de gente, más de 150 personas esperando con el brazo en alto. Será el inicio de una noche épica. La quinta en Madrid de este grupo de Elche con un poderosísimo directo.
Tanto que, cuando Dani se sube al escenario y mira al frente, a esa sala llena, allí por ellos, su música. Allí desde Vigo, allí desde Navalmoral de la Mata, allí desde otros tantos conciertos, su rastro ya por tantas ciudades de España. Los acordes de Triángulo de Excesos se cuelan entre el humo, la primera de las 17 canciones que forman su setlist. Ese que tocan en una hora y media frenética, derramándose sobre el escenario, con varios momentos álgidos y muchas canciones grabadas en vertical, para los directos en redes.
Las canciones van sucediéndose. Refugio, Contratiempo, El Final, Cuatro Menos Cuarto y Valor Añadido antes de La Certera Puerta cuando el grupo al completo, menos David, se mezcla con el público en corro, entre saltos, sudor y piel electrificada. Este grupo ha prendido. La prueba es esa sala que también vio crecer a grupos como Pereza rendida a sus pies. Después llegarán su grupo ese grito de vivir el instante Carpe Diem y el canto a los hijos con esa canción para la que piden linterna de teléfono para acompañar, Obra Maestra. El concierto se encamina hacia el clímax, con esas canciones que son ya su DNI mientras Dani se da golpes en el pecho con el micrófono y se abre la chaqueta, el sudor perla su frente, y la del resto, el público también. Tanto grito, tanto salto, tanta cuerda vocal. Diagnóstico Binario tiene un aire a Supersubmarina, pero con su propio sello y estilo personal. Más rockero. Con canciones que, aunque no conozcas, te llevan solos los pies.
La Nueva Era es uno de sus grandes hits. Se ha iniciado la cuenta atrás para el fin de este concierto dentro de la gira de Girando por Salas (GPS). Quedan seis canciones. Entre ellas otro grito a vivir el ahora, la única posesión real es el instante, con El Presente y otro hit, Azul Fuego, antes de subir a la escena una nueva, La Sombra del Espejo y cerrar con Mil Razones, su canción de cabecera, su himno, ese de mandar al carajo todo.
“Mil razones para desaparecer / Cruza la salida / Y esta vez despídete / Fin de la partida”.
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Con Madrid a sus pies. Afónico. Esperando que esa partida comience de nuevo. El grupo de médicos e informáticos arreglando el alma. Y prendido. La siguiente vez serán más los que estén a sus pies. Y creciendo. Creciendo. Más de mil razones para no perdérselos. El Sonorama es el festival en el que tocarán este verano.
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