TELEVISIÓN

Javi Martín: de ‘Caiga quien caiga’ a su trastorno de bipolaridad

El que fuera presentador de ‘Caiga quien caiga’ ha denunciado en una entrevista la falta de recursos contra las enfermedades de salud mental: “Cuando te quieres quitar la vida te pueden atender en seis meses”.

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Javi Martín: de 'Caiga quien caiga' al trastorno de bipolaridad

Por la televisión han pasado grandes personalidades de las que muy pocos se acuerdan por sus fugaces pasos o porque no se ha vuelto a saber de ellos durante un largo tiempo. Un ejemplo de ellos es Javi Martín, quien ha sido entrevistado por ‘El Intermedio’ y que ha decidido sincerarse sobre uno de sus peores momentos y sobre la salud mental.

El que fuera presentador de ‘Caiga quien caiga’ ha querido dar un paso adelante y hablar del trastorno bipolar que sufre desde hace ya una década. Una enfermedad que le ha llevado a plantearse todo tipo de opciones, incluida la de quitarse la vida. “Estaba yo un 24 de diciembre en mi casa, en una fiesta, y mi cabeza explotó. Yo pensaba que me estaba muriendo, que me moría, y abrí los ojos y me pasó de todo. Sentía la telepatía, sentía realidades paralelas”, ha comenzado señalando.

Y es que fue tras un tiempo cuando se dio cuenta de que podía tener serios problemas, confesando que no dudó ni un instante en pedir ayuda profesional: “Yo estaba en estado maníaco, así que me dio exactamente igual. No fue hasta tiempo después cuando ya vi que pasaba de la manía a la depresión, de la manía a la depresión, que ya vi que tenía el trastorno bipolar y que tenía que cuidarme”.

Denuncia la falta de recursos

Las enfermedades de salud mental siguen siendo hoy un tema pendiente, y ello es precisamente lo que ha querido denunciar el presentador, quien se replanteó el suicidio y pide más recursos y un mejor tratamiento y seguimiento de estos problemas: “Una de las veces que salí del psiquiátrico, quería quitarme la vida y me dieron cita para tres meses después. Hay una cosa que no entiendo porque eso no ocurre con otras cosas, una vez me rompí las costillas y me atendieron a las tres horas, pero cuando te quieres quitar la vida te pueden atender en tres o hasta en seis meses”.

“Tenía el demonio en casa porque vivo en un piso con terraza en una séptima planta. Mi cabeza me decía ‘tírate, tírate, tírate’. El dolor es tan profundo y crees que nunca vas a poder salir del pozo de oscuridad y llegué a un límite”, ha añadido, relatando el infierno que vivió y del que aun está tratando de salir: “Me costó muchísimo entender que tenía que tomarme las pastillas, me negaba a tomar las pastillas, o mentía y decía que me las había tomado. O luego, cuando estaba en la depresión, me costó mucho tomar ansiolíticos, hasta que descubrí que los ansiolíticos me quitaban esa sensación de angustia y ansiedad. Nos cuesta admitir que la química nos va a ayudar muchísimo, porque nuestro cerebro tiene desconexiones neuronales o la química que no funciona bien, y las pastillas te ayudan a llevar una vida mucho más estable”.

El Gobierno publicó en el BOE a finales del año pasado que el 024 será el número de atención a aquellas personas con ideas suicidas. Se trata de un número corto y gratuito al “servicio de línea de ayuda a las personas con riesgo de conducta suicida”.