Paloma Gil, nutricionista, detalla los alimentos que debes evitar en tu dieta tras las vacaciones: “Lo importante es que los elimines”
Para llevar una dieta sana tras las vacaciones hay que controlar qué comes, cada cuánto tiempo comes y qué cantidad de alimentos ingieres.

La llegada del verano hace que la mayoría de la gente se pueda saltar la dieta gracias los helados, los refrescos, y otras comidas, entre otras. Una vez pasado ese tiempo, empieza la llamada “operación bikini”, cuando todo el mundo se inscribe en el gimnasio para tonificarse y ponerse en forma.
Comer nunca estará mal, pero siempre hay que hacerlo moderadamente y con productos saludables, pues según dice la Doctora en Endocrinología y Nutrición, Paloma Gil del Álamo, “lo que comes o lo que dejas de comer influye y mucho en tu salud y en tu estado de ánimo”.
A veces se dice que se necesitan unas vacaciones de las vacaciones, pues la falta de horarios regulares ya no afecta solo al descanso, sino también afecta a la dieta y estilo de vida. La doctora recalca que “el cuerpo necesita los alimentos para cumplir sus funciones y cuando comemos mal, tarde o temprano lo notamos”. Cuidarse para prevenir enfermedades es más fácil de lo que pensamos, aunque requiere constancia, no hay que hacer una dieta muy restrictiva ni matarse con el ejercicio físico, tal y como dice la doctora, “cuidarte no es un sacrificio es simplemente un poquito de disciplina para darle a tu organismo lo que necesita y no siempre lo que tu cerebro le pide, que no siempre es lo más adecuado”.
Claves para una dieta saludable
Es muy importante tener en cuenta tres factores: qué se come, cuándo se come y cuánto. Lo mejor es evitar todo aquello que no es necesario para el cuerpo, como son los “azúcares añadidos, exceso de sal y grasas poco saludables”, por el contrario, lo que se come “debe ser de calidad y no deben faltar alimentos vegetales llenos de fibra, pigmentos, antioxidantes y vitaminas”.
A la hora de hablar sobre cuánto tiempo se debe esperar entre comida y comida, la mujer explica que “el cuerpo funciona con unos ritmos circadianos. Es como si cada uno tuviera un reloj interno que son fundamentales para entender cómo funciona el cuerpo. En general, toleramos mejor los hidratos y las comidas copiosas por la mañana. Es como si el cuerpo se preparase para afrontar un nuevo día con energía”. Por lo tanto, lo recomendable es almorzar antes de las 15h e intentar cenar “de forma ligera y cuanto antes mejor. Y siempre, si es posible, dejando al menos dos horas para hacer la digestión y descansar adecuadamente”.
Es recomendable dejar pasar unas tres horas como mínimo entre comidas para que el sistema digestivo haga la digestión de manera apropiada. Así como, ayunar cada día al menos ocho horas, lo que serían las horas de sueño, para que el cuerpo aproveche, de esa forma, “para realizar otras funciones esenciales”.
Por último, no es necesario restringir alimentos, ya que , según aclara, “no es bueno tener siempre hambre”, solo aquellos que no nos aportan nutrientes ni nada bueno al organismo, solo grasa, como los caprichos de dulce. Para que una dieta sea sana, los nutrientes “deben ser los suficientes para suplir nuestras necesidades. Ni más, ni menos”, hay que comer verdura, fruta y proteínas, y limitar los alimentos ultraprocesados. Asimismo, es imprescindible cocinar “con menos grasa e intentar usar un poquito menos de aceite y limitar también los hidratos de carbono como el pan, el arroz o la pasta”.
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Gil del Álamo aboca porque los alimentos sean de calidad y resume todo en una simple frase: “Cuida de tu cuerpo porque si tú cuidas de él, él cuidará de ti”.
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