Karlos Arguiñano da un consejo a los que quieren adelgazar: “Podéis hacer la dieta CLM”
El cocinero detalló en una reciente emisión de ‘Cocina Abierta’ el régimen a modo de chascarrillo y lo aprovechó para hablar de la sencillez de la buena cocina.
Hay personas que desprenden la sensación de haber entendido todo. Se trata de un valor humilde, cercano y que lleva por esencia la voluntad de querer transmitir un conocimiento casi intangible; es, en definitiva, una característica que llena de luz el alma de las gentes. Quien rebosa esta actitud es Karlos Arguiñano: el laureado cocinero hace del plató de Cocina Abierta, en Antena 3, un auténtico foro en el que, además de cocinar, comparte reflexiones y consejos.
En una reciente emisión del programa culinario, el chef vasco se dirigió a aquellos que tratan de perder peso y que, por el motivo que sea, han llegado al estío sin haber logrado todavía su objetivo. A todos ellos dedicó con sorna lo que él ha bautizado como ‘dieta CLM’, que no es sino uno de sus chistes cuya filosofía encierra, como todo lo que dice, un doble techo de razón.
“Los que queráis adelgazar, el verano os ha pillado ya. Pero todavía estáis a tiempo de hacer la dieta CLM: comer la mitad”, decía, agregando, a modo de explicación, que “comiendo la mitad no cogéis peso”. La clave, dice, está en coger un puñado de garbanzos y, antes de cocerlos, tirarlos al suelo para ir recogiéndolos de uno en uno. “Si hay setenta, pues setenta veces te agachas. Y todo esto estilizados os deja...”, vacilaba.
Reflexiones entre garbanzos y berberechos
Se encontraba cocinando unos garbanzos con berberechos. De ahí el singular régimen. “Esto es comida de verdad. Te alimenta, te sacia y te deja bien”, exponía, elevando el producto a la categoría de fundamental en todo tipo de dietas y planes alimentarios. “No tengáis miedo a usarlos. Están ricos y te ahorran mucho tiempo”, explicaba, al hilo, de los garbanzos de bote; y tras culminar con los berberechos en el guiso, no pudo sino alabar, de nuevo, semejante elaboración: “Con esto, te haces un platazo en media hora. Y encima es sano, barato y sabroso”.
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La gracia del plato es que no hace demasiado para crearlo. “Comer bien no es comer mucho ni caro. Es comer variado, cocinar en casa y usar productos sencillos”, confesó, haciendo de la gastronomía un estilo de vida sencilla y pura: “La gente dice que no tiene tiempo, pero se pasa dos horas con el móvil. Cocinar es quererse un poco más”. Hay personas que lo han entendido todo.
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