Un nutricionista advierte sobre los ‘aceleradores de arrugas’: “Empeoran el envejecimiento”
El doctor Matthias Riedl ha revelado a ‘Hamburger Abendblatt’ los peligros cutáneos y ocultos de algunos alimentos cotidianos.
Hay quien cuenta la vida en tatuajes y cicatrices, cuyo significado y recuerdo es siempre más profundo que el de un número. Quizá resida ahí la magia del paso del tiempo. Si bien es cierto que el envejecimiento adquiere así un carácter casi mágico y de un profundo simbolismo, la realidad es que, con todo, quien puede ahorrarse pliegues y surcos en la cara, lo hace.
Una rama de la nutrición, prima hermana de la dermatología, explora el impacto que los alimentos tienen en la aparición de arrugas. Y es ahí donde se hace fuerte el doctor Matthias Riedl, quien ha explicado al rotativo germano Hamburger Abendblatt algunos detalles relativos al envejecimiento acelerado y lo que él denomina ‘aceleradores de arrugas’.
Más allá de la nicotina, que "de hecho, crea una apariencia de piel muy típica, mucho más pronunciada, tanto gruesas como finas y realmente envejece la apariencia de nuestros rostros", y el alcohol, que puede dilatar de forma visible los vasos sanguíneos finos del rostro, hay un mundo alimenticio que, en ocasiones, el hombre ignora y, siempre, el tiempo juzga.
Los temidos ‘aceleradores de arrugas’
Según explica, la falta de ciertos nutrientes puede dañar la piel. “Si consumimos muy poca proteína, nos falta colágeno y elastina”, explica, que son las dos principales sustancias que retrasan la aparición de arrugas en la piel: las fibras de colágeno se combinan con la elastina para formar una red fuerte y, así, dotar a la piel de elasticidad. A menos colágeno, más flacidez en la piel.
Luego están los alimentos que, denomina, son ‘aceleradores de arrugas’ porque “no contienen lo que necesitamos” para frenar el envejecimiento de la piel: son los alimentos precocinados, los altamente procesados (por poseer fosfatos artificiales, que, asegura, aceleran dicho procedimiento). Además, un exceso de fosfato puede suponer problemas para los riñones. Por ello, señala muchos platos preparados presentes en la cotidianidad como culpables del envejecimiento acelerado: comidas para microondas, sopas en paquete, fideos instantáneos, pescado enlatado y alimentos congelados, entre otros.
Incluso advierte de los alimentos con alto índice glucémico porque, insiste, el exceso de azúcar en sangre puede causar glicación cutánea: las moléculas de azúcar se unen a las de colágeno, y, como el cuerpo no puede metabolizar dicha unión, provoca la aglutinación de las fibras de colágeno. Es decir, y en resumidas cuentas, que la piel puede envejecer a mayor velocidad (y a largo plazo) si el cuerpo consume azúcar de forma excesiva. Y, así, a contar más arrugas que años.
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