El regalo de Courtois y Mishel Gerzig a los invitados de su boda
El portero del Real Madrid y la modelo agasajaron a sus invitados con unas zapatillas blancas con los nombres de la pareja y la fecha del enlace escrito.
Thibaut Courtois y Mishel Gerzig contrajeron matrimonio el pasado 26 de junio en la localidad francesa de Cannes. El portero del Real Madrid y la modelo israelí disfrutaron de unos días rodeados de alrededor de trescientos invitados procedentes de todo tipo de sectores: compañeros futbolistas, deportistas, profesionales de la moda o influencers, entre otros.
En señal de agradecimiento por haber acudido a uno de los días más especiales de sus vidas, Gerzig y Courtois agasajaron a sus invitados con un regalo de lo más especial. La pareja del preparador de porteros del Real Madrid Luis Llopis, Arantza Otero, ha dado alguna pista en su cuenta de Instagram, donde ha publicado varias fotografías del enlace.
Una de ellas desvela el misterio. El regalo de bodas, o al menos uno de ellos, eran unas zapatillas blancas con los nombres de la pareja grabados en la parte trasera, al igual que la fecha del enlace. Un detalle totalmente individualizado para cada asistente, pues el portero del Real Madrid y su flamante mujer se preocuparon de conseguir el número de pie adecuado para cada uno de ellos.
En la misma línea, los invitados recibieron al llegar al complejo una copa de champán de una botella personalizada de Möet & Chandon con los nombres de los recién casados y la fecha del enlace. Toda una demostración de que Courtois y Gerzig midieron hasta el último detalle.
Así fue la boda
El lugar elegido por la pareja para darse el ‘sí, quiero’ fue la Chateau De La Croix Des Gardes, en Cannes. Pocos lugares mejores como esta finca de lujo ubicada en la Riviera francesa. Y, por si fuera poco, los protagonistas ya habían puesto los dientes largos en la bienvenida a sus invitados con un recibimiento en la playa privada de Bijou Plage.
Tras una fiesta previa que anticipó el día grande, la boda se celebró el día 26 en una ceremonia que combinó la tradición católica del novio con la judía de la novia. Por tanto, no pudo faltar la tradición de romper una copa de cristal puesta en el suelo con los pies. La música y la fiesta, por supuesto, estuvieron también presentes. Los novios, que cambiaron de traje en varias ocasiones, vistieron de Dolce & Gabanna.