CINE
Arnold Schwarzenegger se sincera sobre “la mayor cagada” de su vida
El intérprete se ha pronunciado sobre la relación que mantuvo de 25 años con María Shriver, sobrina de John Fitzgerald Kennedy, y que terminó por una infidelidad entre el exfisicoculturista y su ama de llaves.
Ganó el título de Mr. Universo en 1967 y la década de los 70 cosechó una fama de otro mundo por el tamaño astronómico de sus bíceps. En los 80 saltó al cine y su carisma le transformó instantáneamente en icono del cine de acción de Hollywood. Incluso más tarde se convirtió en Gobernador de California por el Partido Republicano. Su trayectoria es la de uno de esos personajes nacidos para ocupar portadas. Por lo bueno y por lo malo. Las primeras han sido carteles pop para muchas generaciones, mientras que las segundas han resultado piedras en el tejado de su su fama. Y de todas las rocas hubo una que hizo estragos su mundo sentimental.
A día de hoy el que fuera el hombre más fuerte del mundo tiene una relación más que buena con Heather Milligan, de 27 años más joven que él, y quien lleva siendo su pareja durante casi diez años. Ya se ha sanado ese agujero en el techo. No obstante, de vez en cuando regresa a su memoria, tal y como ha explicado a People, demostrando que debajo de esos músculos late el mismo corazón que retumba en el pecho del resto de personas. Ese redoble a veces se ve entrecortado por lo que considera la “gran cagada” de su vida.
“El capítulo de mi vida con María va a durar para siempre”
Para dar con ello hay que retroceder en el tiempo. Scharzenegger estuvo casado 25 años con María Shriver, la sobrina del mítico presidente norteamericano John Fitzgerald Kennedy, y junto a ella formó una familia integrada por cuatro hijos. La pareja era inexpugnable y aguantó todo hasta 2011, mismo año en el que el intérprete dejó de ser gobernador de California. El motivo: una infidelidad con un hijo de por medio.
Se lo confesó a Shriver con peros y señales. El actor había tenido un quinto hijo, fuera del matrimonio, cuyo nacimiento se produjo tan solo cinco días después de Christopher, su hijo más joven, en el otoño de 1997. El nombre de este chico era Joseph Baena, y había nacido fruto de las relaciones que mantenía con su ama de llaves, Mildred Baena. Un affaire a finales de los noventa que le costó su relación y sobre el que pocas veces ha querido pronunciarse. Ahora lo ha hecho.
Es consciente de que dañó a su exmujer. “Ha sido sencillamente mi mayor cagada”, ha esgrimido de forma tajante. Para Shriver sólo ha tenido palabras de cariño. “No fue como si tuviéramos una pelea, nunca hubo una“, explicó, haciendo hincapié en que cuando uno quiere a alguien comienza a rozar el infinito: “el capítulo de mi vida con María va a continuar para siempre”. Sabe que su antigua esposa lo pasó mal, pero insiste en que “aunque es una relación diferente, no hay razón para que no sienta otra cosa que amor por ella”.
“Siempre dejamos muy claro que los niños no deberían sufrir por esto, y aunque ella tiene su relación y yo tengo la mía, nos hablamos de continuo sobre los niños, sobre las vacaciones, sobre las fiestas de cumpleaños, el Dia de la Madre y la Navidad”, detalló sobre el ambiente en la familia. El veterano actor, que también se hizo cargo de la manutención de Joseph hasta que terminó los estudios universitarios, volvía a así a ser portada. Tal y como ha hecho desde que empezó a turnarse pesas y mancuernas en 1962.