Matthew McConaughey decide no dar el salto a la política

Matthew McConaughey (52) es uno de los actores de Holywood más respetados en la actualidad. Se dio a conocer con Dazed and Confused (1993) y Tiempo de matar (1996) le convirtió en la nueva sensación del cine hasta el punto de que se le llegó a catalogar como el nuevo Paul Newman. Aunque rápidamente ese globo se desinfló cuando pasó a ser un habitual de cintas románticas (Planes de boda, Cómo perder a un chico en 10 días o Novia por contrato) y el estancamiento se hacía evidente.

No fue hasta 2011 cuando Bernie supuso un punto de inflexión en su carrera. Mud y Magic Mike, ambas cintas estrenadas en 2012, le hicieron recuperar el caché perdido, y Dallas Buyers Club (2013), película que le valió un Oscar, le hizo alcanzar la gloria. Su papel en la serie True detective o Interstellar (2014) no hicieron sino confirmar que Matthew McConaughey, que ha trabajado con directores de la talla de Steven Spielberg, Steven Soderbergh, Christopher Nolan, Martin Scorsese, o Guy Ritchie, estaba definitivamente de vuelta.

Sin embargo, en los últimos tiempos se venía especulando -él mismo se había dejado querer- con la posibilidad de dar el salto a la política para postularse como gobernador en su estado natal, Texas, en las elecciones del próximo año. “En estos momentos estoy reflexionando, '¿cuál es mi papel de liderazgo? Porque creo que tengo algunas cosas que enseñar y compartir. ¿Cuál es mi rol en el próximo capítulo de mi vida al que voy a entrar ahora?", aseguraba en mayo el actor, que ha aprendido “mucho” en los últimos dos años.

“He aprendido que tenemos algunos problemas que debemos solucionar. Que nuestra política necesita un nuevo propósito. Que tenemos divisiones que necesitan curarse. Que necesitamos más confianza en nuestras vidas. Aprendí que la libertad viene con responsabilidad y que los grandes líderes sirven”, señala ahora en su cuenta de Twitter.

Pero a pesar de que su figura era atrayente para el electorado, Matthew McConaughey ha decidido dar un paso al lado y, de momento, frena todas las expectativas generadas. "Como un simple niño nacido en la pequeña ciudad de Uvalde, Texas, nunca se me ocurrió que algún día sería considerado para el liderazgo político. Es un camino de humildad e inspiración para reflexionar. También es un camino que elijo no tomar en este momento", zanja el actor, que en lugar de ser la cara visible de un proyecto político, seguirá colaborando de diferentes maneras.

Voy a continuar apoyando a empresarios, empresas y fundaciones que están creando caminos para que las personas tengan éxito, organizaciones que tienen la misión de servir y generar confianza al mismo tiempo que generan prosperidad. Ese es el sueño americano. Los políticos, los buenos, pueden ayudarnos a llegar a donde tenemos que ir, sí. Pero seamos claros, no pueden hacer nada por nosotros a menos que elijamos hacerlo por nosotros mismos", concluye.