Paul McCartney define a los Rolling Stones como una banda de "versiones de blues"
El legendario músico británico, que está promocionando un nuevo documental sobre la disolución de los Beatles, vuelve a atizar al grupo de Mick Jagger.
No es la primera vez ni será la última. La rivalidad entre los Rolling Stones y los Beatles se mantendrá hasta el fin de los días a pesar de que en sus inicios hubo mucha complicidad entre ambas. Y es que fueron bandas coetáneas en la década de los sesenta y entre sus miembros había -y hay- respeto y admiración.
Lo que no es óbice para que de vez en cuando se haya lanzado alguna andanada desde alguna de las dos orilla porque, al fin y al cabo, existe una narrativa con tintes ‘marketinianos’ que les enfrenta. O eres de los Beatles o eres de los Rolling.
Y Paul McCartney (79) es un especialista en avivar el debate. "No estoy seguro de que deba decirlo, pero son una banda de versiones de blues, eso es lo que son los Stones”, ha asegurado el músico britanico en una reciente entrevista con The New Yorker con motivo del del estreno en noviembre de The Beatles: Get Back, que profundiza en la traumática disolución grupo.
Una idea que ya compartió en abril de 2020 en The Howard Stern Show. “Tienen sus raíces en el blues. Cuando escriben cosas, tiene que ver con el blues. Nosotros tuvimos más influencias... Hay muchas diferencias y amo a los Stones, pero estoy contigo. Los Beatles eran mejores", le aseguraba a Stern.
Un comentario que encontró respuesta pocas semanas después cuando Mick Jagger, que eludió el enfrentamiento directo, aseguró que no había competencia entre ambas formaciones. “Sin embargo, la gran diferencia es que The Rolling Stones es una banda increíblemente afortunada: todavía toca en estadios y hace giras, mientras que los Beatles no existe”, indicó en Zane Lowe’s Apple Music show en lo que sonaba también a indirecta.
En cualquier caso, más allá del interés mediático en enfrentar a ambas bandas, sería mucho más edificante celebrar la música de ambas sin entrar en debates que no conducen a ningún sitio. Aunque no es menos cierto que Paul McCartney quizá debería no meterse en jardines cuando le ponen un micrófono delante.