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David Bustamante, sobre su situación económica: “Sigo siendo clase obrera”

El cantante y concursante de ‘Masterchef Celebrity 6’ concede una entrevista a ‘El País’ donde asegura que las ha pasado “canutas” durante la pandemia.

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David Bustamante, sobre su situación económica: “Sigo siendo clase obrera”

David Bustamante se encuentra viviendo un gran presente profesional. En su rol como cantante, el de San Vicente de la Barquera está a punto de cumplir veinte años sobre el escenario; en la televisión, participa como concursante de la sexta edición de ‘Masterchef Celebrity’, y en el teatro, acaba de subirse por primera vez a las tablas para protagonizar ‘Ghost’ en el Teatro EDP Gran Vía de Madrid. Sin embargo, la vida del cántabro no ha sido nada fácil, tal y como relata en una entrevista para ‘El País’.

De familia obrera, David Bustamante conoció el éxito tras participar en la primera edición de ‘Operación Triunfo’, el talent musical de Televisión Española que se convirtió en un auténtico fenómeno de masas durante el año 2001. El cántabro quedó en tercera posición por detrás de David Bisbal y Rosa López; un puesto que le permitió abandonar su trabajo como albañil para dedicarse a lo que más le gusta: la música. “No me han regalado nada, no tengo un apellido noble ni un sueldo vitalicio, ni ayudas de ningún tipo”, comienza diciendo en su reivindicación sobre su situación económica.

Su momento más oscuro

“Yo sigo siendo de clase obrera, igual que toda mi familia. Meto más horas que nadie, viajo, me esfuerzo, me duele todo el cuerpo porque debo estar en forma para ofrecer buena calidad en mis conciertos”, continúa diciendo en declaraciones para ‘El País’. El cantante cántabro asegura que sufre las consecuencias de estos tiempos tan difíciles para todos ya que es “un autónomo que lucha, que las ha pasado canutas en la pandemia, a quien nadie le ha regalado nada. Aquí o curro, o se acabó”.

Bustamante recuerda los primeros meses del 2020 como “el momento más oscuro de su vida” tanto en lo laboral como en lo personal. “Corría del salón a mi habitación como un loco. Fue realmente duro. Aplazar una gira y estar tanto tiempo sin subir al escenario, sin ver a mi gente, al público”, recuerda. “Al final uno se vuelve adicto al aplauso sin darse cuenta… Por eso en esta profesión nadie se quiere jubilar”, reflexiona en la entrevista.