MÚSICA

¿Cuáles son las mejores canciones latinas de todos los tiempos?

La influyente revista 'Rolling Stone' ha revisado su lista de 'Las 500 mejores canciones de todos los tiempos' ninguneando a la música española.

Bad Bunny.

En 2004, la influyente revista Rolling Stone lanzó su lista de 'Las 500 mejores canciones de todos los tiempos'. Sin duda alguna, se trata de uno de los listados más icónicos de la publicación y una de las lecturas de obligado cumplimiento para los melómanos de todo el mundo. Pero desde 2004 se han producido muchos cambios en la industria y en las tendencias y, tras 17 años, era necesario un lavado de cara.

Así pues, mientras que la edición de 2004 estuvo dominada por el rock y el soul, la nueva versión contiene más hip-hop, country moderno, indie rock, pop latino, reggae y R&B. Más de la mitad de las canciones (254 en total) no estaban presentes en la lista anterior, incluido un tercio del Top 100. El resultado es una visión más amplia e inclusiva, aunque para algunos no lo suficiente.

‘Respect’, de Aretha Franklin, encabeza la nueva lista de 'Las 500 mejores canciones de todos los tiempos', reemplazando así a Bob Dylan y su mítico ‘Like a Rolling Stone’, que ocupaba el primer lugar en la lista desde que fuera publicada la primera versión. Sin embargo, a pesar de que se pretendía que la nueva revisión albergara una mayor variedad, lo cierto es que la música latina en general y la española en particular, salen mal paradas.

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La primera canción de un intérprete latino, como recoge el gráfico de Statista, es ‘Gasolina’, del puertorriqueño Daddy Yankee, en el puesto 50, mientras que para la revista, o más bien para los principales actores de la industria consultados, ninguna canción española merece un lugar entre las 500 mejores. Sí hay espacio para artistas como Celia Cruz o Carlos Santana, pero pocas concesiones más.

No deja de ser una lista subjetiva que, a pesar de ese pretendido carácter inclusivo, deja fuera numerosas piezas no producidas en EE.UU., de donde es originaria la publicación, ignora algunos géneros o premia excesivamente a algunos intérpretes. Sorprende también por el hecho de que un importante porcentaje de la población norteamericana es de origen hispano y el español está plenamente instalado incluso en el sistema educativo.