La lucha de una vecina convierte el portal de su casa en patrimonio histórico
El Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz permite la inscripción de un edifico de Málaga, obra del arquitecto Antonio Lamela, por iniciativa de una vecina que quería evitar una reforma.
Una gran victoria. Por su significado y por el precedente que sienta para futuras batallas por la conservación del patrimonio histórico, independientemente de lo que se pretenda salvaguardar. El desvelo de una vecina del edificio Melilla 31, ubicado en el número 23 del paseo marítimo Ciudad de Melilla del malagueño barrio de La Malagueta, ha provocado que el inmueble haya sido inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. Todo por evitar una reforma. Todo por un portal.
La historia, rescatada a su vez por Nacho Sánchez (ICON), tiene como protagonista a Marina Benavides, que no dudó en enarbolar la bandera de la razón cuando se enteró que la comunidad de vecinos pretendía reformar el portal: un verdadero disfrute para los ojos que tuvieran a bien detenerse en los numerosos detalles que el arquitecto Antonio Lamela dispuso para su obra.
El bloque, con 16 plantas y 59 pisos, se construyó entre 1967 y 1971, y fue uno de los primeros vestigios que señalan el momento en el que Málaga se abrió a la modernidad. Todo ello, en perfecta sintonía con el Mediterráneo. Y ya en el interior del edificio destaca el espacio que da la bienvenida a vecinos y visitantes.
El gresite de las paredes o el azulejo de los suelos, las formas curvilíneas o el mobiliario bien merecían los esfuerzos de Marina, que rápidamente involucró a otros vecinos, a numerosos expertos y al colegio de arquitectos de Málaga para evitar unos inoportunos vientos de cambio. El edificio está a salvo. Su majestuoso portal, que rezuma una estética setentera por los cuatro costados, también. Y ya existe un precedente: no todo vale.
Arquitectura contemporánea de indudable calidad y armonía
“El edificio residencial Melilla 31 forma parte de la imagen del litoral oriental de Málaga desde finales de la década de los años sesenta del siglo XX, situado en La Malagueta, es exponente de una arquitectura contemporánea de indudable calidad y armonía (…). Especialmente destacable y relevante resulta el portal comunitario de accesos que constituye un ejemplar único en el que se aplican las referidas estrategias compositivas del edificio, llegando a conseguir unos espacios de gran calidad arquitectónica y ambiental, caracterizados por la diafanidad, el tratamiento envolvente de los paramentos mediante módulos de material cerámico, mobiliario integrado, empleo de la madera en color natural, e interesantes juegos de iluminación directa-indirecta”, recoge el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía del pasado 5 de marzo, que confirma su protección.
“En su conjunto, todo el edificio es depositario de una arquitectura culta, a caballo entre la sencillez del racionalismo y un refinamiento plástico inusual en este periodo, dando como resultado un conjunto de viviendas de gran elitismo conceptual que ha permanecido bastante inalterado hasta nuestros días (...). Se detectan, por tanto, los valores patrimoniales que concurren en el inmueble, de naturaleza histórica, arquitectónica, urbanística y tipológica, que justifican la protección de los espacios comunitarios y la envolvente del edificio como exponente de los postulados del Movimiento Moderno en la Costa del Sol, en el marco del complejo y rápido crecimiento urbanístico que esta conurbación experimenta en la segunda mitad del siglo XX, dados los riesgos de su deterioro, alteración o desaparición”, concluye el BOE andaluz.