Dani Rovira exhibe su gran forma física tras superar el tratamiento contra el cáncer
El actor y humorista está recuperando la figura que tenía antes de la enfermedad gracias a la actividad física y con un saco de boxeo como rival.
Dani Rovira ha recuperado su vida normal después de seis meses de tratamiento frente al cáncer que apareció en su cuerpo en forma de linfoma de Hodgkin. El actor y humorista, que a mediados del pasado mes de marzo anunció la feliz y esperada noticia de su recuperación, ha recurrido a las redes sociales para demostrar que ha logrado devolver a su cuerpo su musculada figura a pesar de que en esta ocasión perdió la batalla contra el saco de boxeo.
"Después de más de 20 años me vuelvo a cruzar con él. Media horita nos hemos tirado dale que te pego... Y obviamente me ha ganado", escribió el malagueño junto a una imagen en la que aparece mirando desafiante a su particular oponente en el gimnasio. Numerosos seguidores se han apresurado a elogiar su aspecto a la vez que le daban ánimos para vencer en el próximo asalto frente al saco, destacando muchos de ellos su carácter luchador.
Rovira se encuentra ahora en un gran momento a nivel físico tras superar la enfermedad y también disfrutar de felicidad en el plano profesional, pues está trabajando ya en varios proyectos entre los que destaca un programa de humor en prime time en TVE.
La profunda reflexión de Dani Rovira en Instagram
En las últimas horas, el actor ha dejado atónitos a sus seguidores con una gran reflexión en la que confiesa sus miedos y dudas pero con la que insta a los suyos a disfrutar del camino, a conocerse y a quererse. "Uno es en esencia lo que es, por eso a veces viene bien mirarse al espejo y ver la parte distorsionada y oscura que todos tenemos. Soy mi fiel compañero y, al mismo tiempo, mi peor enemigo. No nos queda otra que llevarnos bien con nosotros mismos para así no hacer daño a quien tengas delante o a tu lado", comenzó expresando.
"Me consuela saber que estar lleno de dudas y de miedos ante la vida por delante es la mejor forma de comprobar que estamos vivos. El camino sigue, y siempre habrá charcos que nos ayudarán a ver la parte que no nos gusta de nosotros, pero va irremediablemente pegada a nosotros. Si la escondes y no la reconoces, te seguirá comiendo, angustiando y causando infelicidad. Solos o acompañados, quereos. Y mientras camináis, bajo ningún concepto evitéis los charcos", escribió.