REDES SOCIALES

Ana Obregón: "No tengo ganas de reír, ni de bailar, ni de ponerme modelitos"

La actriz ha compartido a través de sus redes sociales una reflexión cinco meses después del fallecimiento de su hijo, Álex Lequio, de un cáncer.

Imagen de Ana Obregón junto a su hijo, Álex Lequio.

Ana Obregón está atravesando un momento muy complicado en su vida. Este 13 de octubre se cumplen cinco meses desde que su hijo, Álex Lequio, falleciese a causa de un cáncer a los 27 años. Desde entonces, Ana se ha mantenido alejada de los focos, recuperándose de su pérdida.

Después de ese tiempo, la actriz ha decidido volver a las redes sociales, y lo ha hecho con una emotiva carta dedicada a su hijo. En la imagen que la acompaña se aprecia a Ana Obregón, sentada junto a un río, reflexionando.

La carta en Instagram

"Estos cinco meses sin ti no sabía quién era, lo que era o ni siquiera si era. Simplemente...estaba allí, como una percepción singular en medio de una nada sombría, carente de principio y final. Aquí llevo más de un mes (me vine antes del estado de alarma), meditando en calma para encontrar la paz en este viaje hacia mi interior. Conectando con mi conciencia espiritual o el alma, porque las almas son eternas, y de esta forma me acerco más a ti. Siguiendo tu ejemplo, iluminada por tu luz", decía al principio de su nota, donde hablaba de su pérdida.

Después, la actriz lamentaba las pérdidas ocasionadas por el coronavirus: "Decía Einstein que "el auténtico valor del ser humano viene determinado principalmente en la medida que ha conseguido liberarse del Yo". De ese Ego que contamina todo. Hasta a los políticos, que jugando a ser médicos y midiendo constantemente su Ego y su poder, conseguirán tener en su currículum un montón de vidas de españoles. Desde mi corazón mi más sentido pésame a las familias de los 50.000 (¿33.000?) fallecidos en España por esta pandemia (sindemia)". 

También sentía no haber aparecido durante este tiempo: "Tenéis que perdonarme, siento muchísimo compartir con vosotros mi dolor, porque siempre, a lo largo de 40 años, en mis trabajos mi intención era contagiaros felicidad, haceros reír, soñar, que olvidarais los problemas. Necesito que me entendáis. He perdido todo, mi único hijo. Y no tengo ganas de reír, ni de bailar, ni de ponerme modelitos y por ahora no puedo trabajar".

"Sé que vuestra mano anónima me acompaña y me sujeta fuerte para que no caiga más hondo. Os estoy infinitamente agradecida. También sé que mis hermanas no me han soltado la mano ni un segundo. Pero sobre todo sé que tú, 'Áless', me mandas ese inmenso amor desde la eternidad y que si algún día vuelvo a vivir será por ti", concluía.